°Capítulo 5°

2.4K 165 8
                                    

Yoongi quería que la tierra se lo tragara o él tragarse tierra para si poder detener las horrendas nauseas que le han surgido de la noche a la mañana sin ninguna justificación.

Lo que se asentaba en su estómago, lo terminaba de echar a la hora en el escusado. Ya estaba cansado y eso que solo llevaba una semana con ello.

También sentía antojos muy peculiares, que rara vez lo llevaban a vomitar. Le gusta la cara estupefacta de su secretaria cuando le llama para que le pidiese tal alimento que terminaba en un revuelto como un guacamol.

Ella le comentaba que era todo un bárbaro al hacer eso, pero no lo podía evitar, le encantaba. Había algo que se lo pedía y él quería complacer a ese algo.

--Jessi, cállate—dijo Yoongi a su secretaria que le arrullaba como un bebé mientas le acariciaba la espalda.

De rodillas frente al inodoro devolvió la merienda de hace media hora.

Estando en su oficina al menos tenía al parlanchín de Jessi que le sirve de consuelo y de compañía en tan lamentable situación.

Aún seguía molesto con Jungkook, ya hace una semana de eso y todavía ni lo perdonaba. Su orgullo como León era algo que se tenia que reparar de a poco no de inmediato, como pareja de Jungkook se había enfrentado a muchos comentarios mordaces por la diferencia de edad entre los dos.

Pero ¿Él tuvo opción?

No, por supuesto que no.

Solo un decreto firmado que le cedía a un Joven Alfa como esposo, no renegó ni mucho menos lo rechazo porque al fin de cuenta termino enganchado por Jungkook.

Los comentarios surgieron de ello, y las dudas también. Jungkook es Joven, apuesto y con un futuro esplendido, por esa razón muchos omegas jóvenes de su edad coquetean con él. Mientras que Jungkook este sujeto a un acuerdo firmado, que le negaba la posibilidad de gozar de su libertad y experimentar el placer de la juventud.

No quería mencionarlo, pero Jungkook merecía conocer personas jóvenes, no tenía porque el interferir o enojarse como el día que actúo tan inmaduramente.

Se avergüenza de su comportamiento, lo hace. Pero también esta molesto, porque, no lo sabe. Puede sentir perfectamente el llamado de Jungkook a través de su lazo para que vuelva, y se rehúsa a hacerlo.

Por mucho que ame y extrañe a Jungkook, el merecía ser respetado y saber el jodido lugar que tiene a lado de Jungkook.

Es su esposo. El tiene que estar por encima de cualquier otro macho o hembra omega. Porque Jungkook es suyo, su Alfa.

El macho alfa que fue entregado a Yoongi. Solo a él.

Un gruñido vibro en su pecho, asustando a su secretaria que le ayudaba a acomodar su vestimenta. Comenzó a asistir al trabajo aun si tenia la orden de Jungkook en no asistir, pero no es como si el tuviera voz y voto en esos momentos.

--Señor insisto en que debería ir al médico— Jessi comento una vez estuvieron de regreso en la oficina de Yoongi.

El mencionado no le tomo importancia, por lo tanto, comenzó su labor.

--Ya pasara—se autoconvenció, pero frunció el entre cejo al ver la mirada analítica de su secretaria. --¿Qué?

Su tono fue fuerte, así que la mujer levanto sus manos en señal de rendimiento.

--Solo, me da curiosidad tus síntomas, mamá tuvo los mismos cuando estaba embarazada de mi hermano menor—medito, si estaba en lo correcto.

Yoongi había rodado los ojos, otra vez con la misma chachara.

Esposo Joven -Kookgi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora