impaciencia ☆ xiaoven

impaciencia

Cuando el último hilichurl cayó, Xiao se permitió respirar. Usualmente no sentía miedo al matar un par de hilichurls hostiles, pero esta vez no podía evitar estar tenso, muy tenso. Tenía a Venti detrás suyo, acomodando las flores de su sombrero. Venti sonreía, y tarareaba, como si no tuviera monstruos delante.

Y Xiao se sentía malditamente nervioso.

Cuando Ganyu y Zhongli le dijeron que sentir un corazón acelerado, y que te piquen las manos era enamoramiento, Xiao terminó aceptando que se sentiría así de por vida, mientras esté al lado de Venti.

Se dio la vuelta, y vio al arconte sentado sobre una gran roca, balanceando sus piernas como un niño.

— ¿Terminaste, Xiao?

— Sí - Suspiró.

Venti bajó de la piedra de un sólo salto, y acarició el rostro de su acompañante.

— Te quedó un poco de sangre - dijo mientras le limpió la sangre de la mejilla -. Sabes, algún día podría ser yo el que elimine a los hilichurls del camino.

— Proteger Liyue es mi deber.

Y sin pronunciar más, siguieron el sendero hasta Jueyun. Venti recolectó nuevas flores en el camino, queriendo experimentar con nuevas combinaciones para su sombrero. Incluso intentó convencer a Xiao de usar flores como accesorio. Con el permiso de Preservadora de Nubes y la insistencia de Venti, ambos se adentraron en el agua. Venti le pidió a Xiao que se desnudara, al menos la mitad superior de su cuerpo.

— No.

— Debes lavarte el cuerpo, Xiao.

— Lo haré al llegar a Wangshu.

— ¡Apestas a mitachurl muerto!

Xiao rechistó, y le dio la espalda a Venti. Se quitó su camisa y sus collares, sin apoyarlos en el agua. Y sin mirar atrás, caminó varios pasos hasta la orilla para dejar su ropa. Venti abrió sus ojos con sorpresa cuando el yaksha se volteó y caminó de regreso a donde estaba, a tan solo unos pasos de distancia. No era la primera vez que Xiao se quitaba algo de ropa enfrente de Venti, pero la luz del atardecer lo favorecía demasiado. Demasiado, para desgracia de Venti.

Venti posó sus manos sobre los hombros del adeptus, derramando agua sobre ellos. Deslizó sus manos sobre sus brazos, acariciando heridas viejas, y algunas más recientes. A Venti le fascinaba cómo Xiao, a pesar de haber luchado con incontables bestias durante milenios, poseía una piel casi perfecta e intacta. Porque Venti podía decir con orgullo, que había visto demasiada de la piel de Xiao.

Algunos retazos de sangre seca que rondaban por sus brazos fueron lavados, con más devoción de la necesaria.

Venti se percató de que Xiao había bajado la cabeza, y él estuvo tan absorto en su piel que no se dio cuenta. Incluso cuando Venti levantó la mirada esperando que el chico respondiera, Xiao no levantó la suya.

— Sabes que puedes besarme en cualquier momento, ¿no?

Y Xiao levantó su cabeza en un segundo, desorientado.

Ellos se besaron antes. Muchas veces, de hecho. Pero ninguna de esas veces fue con deseo, ninguna fue carnal. Cada beso que Venti le dio a Xiao y que Xiao le dio a él, eran lo más romántico que cualquiera podría presenciar. Rebosantes de amor, estaban llenos de pureza. No se equivoquen, ninguno es "inocente" o un niño que no conoce el deseo físico. Ambos son seres con varios milenios encima, y han tenido tiempo suficiente para aprender sobre los placeres humanos.

Pero Venti quería más.

Venti se preguntaba cómo se sentía, y si era como los humanos decían. No sentía ningún tipo de vergüenza o timidez, pero quería saber. Quería experimentarlo con Xiao, quería amarlo de la siguiente manera, quería amarlo con su cuerpo. Por meses intentó hacerle saber a Xiao sobre sus deseos, pero no había momento. Incluso compró libros románticos en distintas partes de Liyue, pero seguía sin decirle nada.