Ritowa Happy Valentine's Week

Ritowa Happy Valentine's Week (Capítulo Único)

"Nuestra confesión de Amor"

Una dura batalla se estaba llevando a cabo aquel día, Kirinmaru contra las tres princesas mitad demonio y claramente ninguno quería darse tregua. Moroha apuntó una de sus flechas sagradas recientemente obsequiadas por su madre hacia el cuerpo del gran youkai del este y aprovechando su distracción dejó ir la flecha directamente hacia sus brazos que por efecto del hechizo quedaron inmovilizados.

Towa aprovechó en dar el último ataque con ayuda de la Zanseiken, sin sentir compasión incrustó la espada en el corazón de Kirinmaru mientras veía como se retorcía de dolor y respiraba agitadamente, al dar media vuelta la peliblanca vio como el cuerpo de Riku se desvanecía bajo la copa de un árbol. Inmediatamente se acercó a él y con mucho cuidado lo abrazó un poco confundida pues aún no sabía de la unión que tenía con Kirinmaru.

— S-señorita T-towa... — Pronunció con dificultad Riku tomando delicamente de las manos a su querida amiga.

— Riku, no... ¡¿Quién te lastimó?! — Preguntó la peliplata un poco alterada por la situación, no entendía como lo habían herido si no lo vio acercarse mucho al campo de batalla.

— Eso no tiene importancia señorita, usted derrotó a Kirinmaru...salvó al mundo de la era degenerada — Una sonrisa débil surgió de los labios del pelirrojo, aún a pesar de que moriría pronto estaba orgulloso del inmenso poder de Towa.

— Por favor Riku, no hagas ningún tipo de esfuerzo... Dime quien te hirió y recibirá su merecido — Habló la peliblanca enojada buscando una respuesta que la ayudase a dar con el culpable.

De pronto la risa burlona de un youkai se escuchó a menos de un metro, aún a pesar de estar herido a muerte mantenía su ego en alto.

— ¿No lo sabías Towa? Veo que Riku nunca te reveló quien era en realidad... — Trataba de hablar Kirinmaru mientras retiraba la Zanseiken que yacía incrustada en su pecho obstruyendo su respiración.

— ¿Revelarme qué...? — Volvió a interrogar Towa atendiendo las heridas de Riku mientras observaba de reojo a Kirinmaru.

— No podrás salvarlo, al ser parte de mi cuerpo también morirá.. — Reveló el youkai de cabello rojizo burlándose de la adolescente por su ingenuidad.

— ¿Te refieres a que Riku y tú son la misma persona? No, eso no puede ser posible.. — Aquella revelación no hizo más que confundirla, Towa se negaba a entender la verdad.

— Él es una extensión mía, parte de mi cuerno que perdí por culpa de tu abuelo el gran general perro demonio — Mencionó Kirinmaru mostrando parte de su cuerno afectado.

— No es cierto, no... Riku no puede morir — Un sentimiento de culpa invadía su pecho, Towa se aferró al cuerpo de su amigo temiendo que se alejara de su lado. — ¿Riku? Desmiente esto por favor... — Lo vio con los ojos llorosos.

— T-todo es verdad s-señorita Towa, soy una extensión desechada por mi amo... Y si él muere yo también moriré — Reveló con dificultad Riku mostrando valentía ante la terrible situación.

— Todo es mi culpa...si tan solo yo... — Towa sintió impotencia, el sentimiento de culpa no dejaba de golpear su interior, para tranquilizarla Riku intervino.

— Hizo lo que debía hacer desde un principio. Señorita Towa es usted la persona más dulce que he conocido a lo largo de mi falsa vida — Expresó el ojiverde viéndola con una sonrisa sincera, tan ciertas eran sus palabras. Aquella jovencita que confundió con un samurai se había convertido en la única razón de su existir.