A continuación explicaré varias de las razones por las cuales Akaza odia los días viernes:
Akaza es el encargado de preparar el desayuno para toda la familia.
Akaza debe recoger el cesto de ropa sucia y separar las prendas blancas de las de color.
Akaza tiene que terminar de leer los ensayos de economía que la profesora les dejó de tarea.
Akaza debe comprar comida para Kumi.
¿Qué más debe hacer?... ya lo recordará después.
Pero especialmente, Akaza odia los días viernes porque a su amigo –y por mala suerte al mismo tiempo su vecino– le encantan los días de beneficencia. Esos días donde extrañamente Douma tiene un humor carismático y relativamente amable con cualquier persona que se le cruce en frente.
Definitivamente él no tiene nada en contra de que a Douma le guste escombrar su habitación y así sacar todas las cosas viejas que ya no utiliza, pero en vez de simplemente tirarlas, o meterlas al ático, su amigo prefiere hacer una venta de garaje para exponer todo tipo de artículos viejos.
Lo malo no es que Douma consiga una buena manera para obtener dinero limpiamente, eso en realidad no le molesta a Akaza.
Lo que verdaderamente le causa curiosidad es que Douma en vez de sacar provecho y llevarse buenas ganancias en el día, es todo lo contrario, pues no puede resistirse a los pequeños niños que pasan por la calle y lo miran con ojos de perrito mientras sostienen uno de los juguetes que están a la venta.
En ese momento los niños se llevan juguetes totalmente gratis y Douma se queda sin un solo peso.
Akaza suspira con cansancio, pues una vez más el pequeño vecino está en una confrontación con Douma, diciendo que su mamá lo ha regañado por no haber sacado una buena nota en su examen de inglés, pero que no es culpa suya sino de su profesor gritón y mandón, además de que le han prohibido salir a jugar con sus amigos.
Douma nuevamente no se resiste a ese pequeñín con dientes de tiburón y sonrisa enorme, simplemente saca de una caja el último manga de One piece que se compró la semana pasada y se lo obsequia. Gyutaro Shabana, el pequeño vecino de trece años sonríe antes de abrazar a Douma e irse corriendo a su hogar correspondiente.
—Ahora entiendo por qué nunca vendes nada. Todo siempre lo regalas —Akaza niega con la cabeza, regañando mentalmente a su amigo—. Incluso aunque seas mayor que yo, tienes un corazón muy ingenuo.
Douma lo mira con calma reflejada en sus ojos, se encoge de hombros, acomodando un par de cosas que se encuentran en las cajas, recordando que ese viernes sería el día que tanto había esperado por semanas.
Sacando el cartel que realizó la noche anterior y colocándoselo en la espalda.
—Deja de ser tan serio, Akaza —Douma repentinamente se mueve graciosamente—, sabes algo, ya recuerdo que bebí mucho jugo de naranja y no pude subir al baño mientras hablaba con el vecino. Sostenlo por mí, regresaré rápido.
Douma se quitó el cartel, colocándolo en los brazos de Akaza y corriendo dentro de su casa.
—Pero... ¿qué se supone que haré con esto?... —no le da ni tiempo de terminar, pues rápidamente siente como alguien se estrella contra su cuerpo en un fugaz y débil abrazo.
¡Oh, ahora lo entiende! Aquel viernes de beneficencia como solía llamarlo su amigo, sería el de los "Abrazos gratis".
Akaza simplemente se voltea con lentitud y devuelve el abrazo con pequeñas palmadas en la espalda de esa persona que inesperadamente aferró sus manos contra su espalda.
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Mensaje de Voz ━One Shot. AkaRen
FanfictionKyojuro estaba triste. Akaza tan solo se encontraba en el lugar equivocado. 【 𝐀𝐤𝐚𝐳𝐚 & 𝐊𝐲𝐨𝐣𝐮𝐫𝐨 】【 𝐟𝐥𝐮𝐟𝐟 + 𝐒𝐨𝐟𝐭 】 » One Shot. » Universo Alterno. Este fanfic no tiene nada que ver con la historia original. Los personajes se salen...