Advertencia: Este capítulo contiene lemon/smut/escenas sexuales. Leer bajo su propio riesgo. ADEMÁS, hago el aviso de que esto es Kai pasivo/Rei activo. Procuré mantener las personalidades lo más canon posible, así que... Incluso si no están acostumbrados a ese cambio, sugiero le den una oportunidad, claro, siempre y cuando les guste el lemon.
Eso es todo, nos leemos al término.
¡Enjoy!
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Cumpleaños
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Como en pocas ocasiones, la mansión Hiwatari estaba siendo adornada para una fecha especial. Las decoraciones eran sobrias, pero de buen gusto; sólo lo mejor por el cumpleaños de Rei.
—Todo perfectamente escogido por ti. No me sorprende, eres un maniático.
Bryan hizo el comentario sin ápice de delicadeza mientras terminaba de colocar algunos arreglos en una pared. Kai hacía lo mismo en el otro extremo de la amplia sala.
No hubo respuesta de parte del bicolor, en primer lugar, porque no podía negar a la acusación del mayor, y en segundo, porque estaba más ocupado colocando adecuadamente unos estúpidos globos que parecían tener vida propia y cero deseos de colaborar con él.
—¿Y qué vas a darle de regalo?
—No te incumbe.
Decir eso fue más sencillo que decirle "Un peluche de Driger que yo mismo hice", así se evitaría las risas y burlas del otro.
—Que carácter. Seguro será una cursilería como un peluche.
Kai entrecerró los ojos. ¿Se había convertido en alguien tan predeciblemente cursi? Al parecer sí. Contuvo un suspiro de resignación y simplemente se limitó a continuar con su labor.
—¿Tienes más cinta adhesiva?
—Casi no —Bryan respondió mientras continuaba con lo suyo—. En la cocina vi una o dos más.
En su habitual silencio abandonó la estancia. En el lugar mencionado por su compañero, se encontraban Rei y Tala haciendo las últimas preparaciones para los platillos de esa noche. Todos le tenían por alguien muy controlador, sólo porque no conocían cómo Rei podía llegar a ponerse con algo importante, como su propio cumpleaños; tan controlador que no aceptó contratar cocineros, sino cocinar él mismo.
Negó con la cabeza, luciendo una pequeña sonrisa en los labios.
—¿Y sabes qué va a regalarte?
Detuvo sus pasos al escuchar la voz de Tala cuestionando eso.