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Chapter eighteen, hospital

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Chapter eighteen, hospital.

Candela llevará algunas horas conectada a cables, aun no despertaba y tenia a su familia alarmada, al igual que a sus amigos pero sobre todo a Junior quien no paraba de mover su pierna mientras la miraba esperando que abriera los ojos 

El chico salió de la habitación con prisa, necesitaba agua su boca estaba demasiado seca, Junior no había dado ni diez pasos fuera de la habitación cuando la chica despertó, pero él siguió en lo suyo ya que no lo noto

La pelirroja miró a su alrededor asustada, era un lugar que no conocía, siguió examinando a su alrededor y  su vista se detuvo en sus brazos  

—Carajo —su respiración se hizo pesada, odiaba las agujas, eran su mayor miedo después del mar claro está—. No, no, no 

—No las quites —una enfermera entró a la habitación evitando que la chica quitara las intravenosas de sus brazos

—No me gustan —trato de tranquilizarse, no quería parecer una loca frente a la enfermera por unas agujas colocadas en sus brazos—. ¿Qué sucedió?

—Te desmayaste —la enfermera, que en su gafete decía Carmen, tomó la hoja con la información de la adolescente frente a ella—. Así que Candela Katz ¿verdad?

—Así es —las manos de la chica se movían impacientes por la camilla en la que estaba—. ¿Sabe cuál fue la razón de mi desmayo?

—Bueno aquí dice que tienes anemia —la noticia le cayó como balde de agua fría, estaba enferma de anemia—. Y se está volviendo un poco grave, ¿te has hecho estudios? —la pelirroja negó, su cara estaba en un perfecto horror y eso la enfermera no lo dejo pasar—. Sabías que tienes anemia ¿verdad? —otra vez ella negó—. Lo siento, esta algún tutor tuyo  

—No lo se, tal vez mi padre —su mente seguía divagando en la noticia que todavía no lograba procesar

—Iré a buscarlo y por favor no te quites las intravenosas  —la enfermera le sonrió con tristeza antes de irse. Solo esperaba que ella pudiera sobrellevarlo 

La pelirroja espero unos largos quince minutos, en los cuales solo pensaba en cómo le caería la noticia a su familia, ella se negaba a estar enferma por una parte pero sabía perfectamente que era verdad, los documentos no podían mentir 

El padre de la chica, Blake Katz, entró a la habitación, su rostro denotaba tranquilidad aunque por dentro era un manojo de nervios, pues ¿como le diría a su hija que el ya sabia lo que le sucedía? y que no solo el sino toda su familia 

—Hola papá —la voz desanimada de la chica se hizo presente en la habitación silenciosa—. ¿Ya lo sabes no?, tengo anemia 

—Si —el señor dio un beso en la frente de su hija, quería que ella no estuviera pasando por eso, su piel pálida tocando casi lo amarillento, las grandes ojeras debajo de sus ojos, esto no parecía que fuera a mejorar—. Si tan solo hubiéramos comenzado antes los tratamientos, esto no hubiera pasado —el señor Katz se lamentó después de unos cuantos segundos , había hablado de más  

Y ahí se dio cuenta de algo la joven Katz, su mente anclo hilos, por eso los tratos gentiles por parte de su hermano mayor, por eso la atención de su madre, por eso las medicinas en formas de dulces por parte de su abuela, por eso el hecho de que su padre llegara más temprano del trabajo y quisiera pasar tiempo con ella 

—Papá —la mano de Candela tomó la de su padre quien miraba a otro lado de la habitación, era hora de decirle —. ¿Tu lo sabías? —su padre solo la miró, una mirada que confirmaba todo—. ¿Quien más lo sabía? —el señor no dijo nada, ahora se sentía aún más culpable por no decirle—. Papá contesta 

—Todos —la boca de la chica se abrió por el asombro, no podía creerlo—. De verdad lo siento 

—¿No pensaban decirme?, 

—No queríamos que te asustaras y entraras en depresión por la noticia —se excuso aunque fuera buena excusa no justifica nada, Blake Katz quería llorar pero no frente a su hija, no pensó que se sentiría así cuando ella se enterara—. Iré a ver a a una enfermera para hablar sobre los estudios 

Ahora se sentía demasiado mal, estaba enferma y haría gastar a sus padres dinero, se sentía horrible por el hecho de sentirse una carga, nunca le gustó eso, pues si podía ella trataba de hacer gastara a sus padres la menor cantidad de dinero en ella, sus pensamiento comenzarán a atormentarla por días 

Junior entró a la habitación con la esperanza de que Candela estuviera despierta, y por suerte si lo estuvo, no pudo ocultar su felicidad pues su cara lo demostró, y eso que no era de demostrar sus sentimientos con expresiones  

—Qué bueno que despertaste me tenias asustado —el chico camino rápido para abrazarla con sumo cuidado de no mover los cables o lastimarla—. ¿Como estas? 

—Tengo anemia Junior —el chico abrió sus ojos al máximo, no se esperaba esa noticia y menos que se la diera así de repente—. Según esta empeorando y tienen que hacerme estudios pero tengo miedo 

—Oye no tengas miedo yo estoy aquí —Junior dio un beso en el dorso de la mano de la chica, se notaba aterrada lo que ahora quería él era tranquilizarla—. Después de aquí quieres ir por un helado y a patinar en su skate 

—No sabes andar en skate Junior —la pelirroja sonrió de lado

—Puedo intentarlo —ambos sonrieron con diversión, sabían que eso podía salir bien como mal—. Ya está hecho, es una cita y ahora yo soy el que te invito 

—Si Junior, si 

Hace unas semanas Candela apoyaba a Junior con la broncoscopia, quien diría que ahora es al revés. Ahora Junior apoya a Candela con sus estudios sobre su anemia

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2/3

Si notan alguna falta de ortografía pueden decirme para cambiarlo, se los agradeceria mucho

Antenea28

𝗕𝗔𝗗 𝗛𝗔𝗕𝗜𝗧𝗦  || ᴊᴜɴɪᴏʀ ᴡʜᴇᴇʟᴇʀ  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora