─ ׄ ┊ ❝ estaba enamorado del prometido de su
hermano gemelo. aquel conocimiento, fue
suficiente para derrumbarlo ❞
a pesar de haber nacido bajo el seno de la
misma madre, hueningkai vivió to...
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❝Yo solamente quería ser amado❞
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La ceremonia, como todos los demás ritos importantes, se hace en presencia de la luna llena para asegurar su perduración y éxito. La ansiedad carcome a Kaiwoon en el camino hacia el altar, pues está impaciente por emparejarse con el alfa.
Reconoce que hay una gran cantidad de invitados, principalmente altos mandos de otras manadas y por supuesto, delante de todos, los cinco representantes alfa del concejo. También hay cierta cantidad de plebeyos a los alrededores, quienes están ansiosos por observar la ceremonia de unión entre los próximos jefe alfa y jefe omega.
―Riqueza y prosperidad, omega Kaiwoon ― La jefa omega de Rubí hace una leve reverencia hacia él una vez se encuentran.
―Riqueza y prosperidad ― Imita su esposo, el jefe alfa.
Kaiwoon sonríe hipócritamente haciendo una reverencia más marcada. Le asquea tener que inclinarse ante gente de tan baja cuna, pero se tranquiliza al saber que pronto los roles se invertirán. Cuando sea jefe omega de Esmeralda, su rango solo estará por debajo del jefe alfa, y todas las naciones tendrán que rendirle respeto.
―Muchas gracias por sus buenos deseos, que la diosa luna les bendiga en mi honor ― Responde antes ser guiado por su padre hacia adelante.
Piensa que es aburrido tener que hacer todo el recorrido desde el castillo hasta el lugar de la ceremonia, pero es parte de la tradición y no puede hacer nada para evitarlo. En el camino debe inclinarse ante veinte personas más, todas ellas ubicadas estratégicamente a lo largo del camino en base a su poder y estatus.
Cuando por fin llega, lo que lo guía hasta el altar es un sendero de lirios de mayo. A sus costados hay limitados asientos con sus invitados más importantes, y delante de él está su alfa, luciendo tan guapo e inalcanzable como siempre.
Se desestabiliza cuando su padre lo suelta y procede a quitarle una de las prendas superiores, dejando al descubierto su vientre como símbolo de fertilidad. Se estremece por la corriente de viento que le causa frío repentinamente, pero no tiene tiempo de titubear cuando su padre de nuevo le ofrece el brazo.
