Hombros de cartón

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Sé que muchas personas me odian ahora mismo y lo entiendo.

Yo también me odio,
es más, me adelanté a todos ustedes.

Yo me odio desde el primer día que mi abuela no me dejó comer postre porque me iba a poner mas gorda de lo que estaba.
Yo me odio desde que mis compañeros se reían de mi cara hasta tal punto que la traía maquillada y aun así ellos seguían.
Me odio desde la primera vez que dije que no tenía hambre cuando en realidad sí tenía.
Desde la primera vez que esa fina cuchilla acarició mis brazos.
Desde esa primera vez que quería que todo dejara de funcionar.

Que irónico es que los que me prometieron que siempre estarían ahí como hombro en el que llorar
se han convertido en mi motivo para llorar.

La vida desde otra perspectivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora