safe place | chanlix o.s

<3

Felix se encontraba en la casa de su vecino y mejor amigo, Chris. Ambos acurrucados en el sofá a pesar del sofocante calor que yacía fuera de la casa. Por suerte, la familia tenía un ventilador que temperaba la habitación.

Los chicos compartían un bol repleto de variadas galletas y dos vasos de jugo de naranja natural esperaban en la mesita ratona para ser tomados, cortesía de la madre de Chris (que se había ido a trabajar hace unos minutos). En la televisión se reproducía un drama que Chris y Felix veían juntos y que ahora iban por la segunda temporada. Trataba sobre un grupo de doctores que eran amigos y tenían una banda, a ambos les gustó la trama y como hicieron con tantos otros dramas, decidieron terminarlo en una maratón de una semana.

Felix había llegado a su casa al rededor de una hora y media atrás y luego de una pequeña charla con la mamá de su amigo quien le había abierto la puerta, se había ido directo a la sala donde Chris lo esperaba. Ahora, Felix tenía la cabeza apoyada su hombro mientras Chris acariciaba su dañado cabello rubio.

— Lix ¿Crees que debería teñir mi cabello rubio también? La escuela no diría nada porque "es un color natural".

El chico levantó su mano libre para hacer comillas al decir esa estúpida regla que siempre les repetían. Confundido al no obtener respuesta, detuvo sus cariños aunque el chico de pecas ni se inmutó, demasiado perdido en sus propios pensamientos para notar que su amigo le había hablado y ahora lo miraba confundido.

— ¿Lix? ¿Estás bien?

Chris lo sacudió un poco, ahora si notando que el chico volvía a estar presente. Felix también lo miró confundido, sin saber el por qué de la mirada del otro.

— ¿Estás bien?

Repitió su pregunta. Felix solo asintió, volviendo a apoyar su cabeza en su hombro mientras llevaba una galleta a su boca, la señora Bang le dijo que había comprado galletas solamente porque sabía cuanto le gustaban. Dios, amaba a la mamá de su amigo como si fuese la suya.

Chris optó por ignorar lo que pasó y volvió a acariciar el cabello del otro chico, también tomando una galleta y sonriendo por el dulce sabor.

Continuaron viendo la serie sin interrupciones. En algún momento se les unió Berry, la perrita de la familia Bang, que, silenciosamente se recostó a un lado de los adolescentes para seguir durmiendo. Chris de vez en cuando hacía comentarios sobre lo que veían, los cuales Felix respondía asintiendo lentamente como si no lo estuviera escuchando, cosa que, en efecto, no estaba haciendo.

Los últimos días fueron un caos emocionalmente hablando. Sus vacaciones estaban en su recta final, en una semana volvían a clases presenciales y ¡Dios mio! Que estresante era pensar que tendría que convivir con toda esa gente que no conocía y vestir ese incómodo uniforme (y horrible por cierto) que aún no compraba solamente del desgano que tenía. Y como olvidar el hecho de que era trans y que–

Oh. Eso. Eso lo hace aún peor.

Felix era una persona no binaria y esto solamente lo sabía su familia y la de su mejor amigo. Ellos habían sido su soporte desde el primer día y los amaba como nada en el mundo. Pero pensar que tendría que esconderse porque la sociedad no estaba lista era tan... injusto.

— Lix ¿te vas a comer esa galleta? La tomaste hace como 10 minutos.

El chico solo atinó a asentir nuevamente, completamente ajeno a la pregunta que le hizo su amigo. Chris había notado como asentía a todo lo que le preguntaba desde hace una media hora, incluso le había preguntado si le pasaba su consola por toda la semana, recibiendo una aprobación inmediata. Definitivamente su amigo estaba en otro universo ahora mismo, su consola era su objeto más preciado y por nada en el mundo se la pasaría sabiendo lo torpes que pueden llegar a ser sus hermanos menores a veces.

— Definitivamente no estás bien, dime qué te pasa señorito.

Chris dijo con leve preocupación mientras se acomodaba en el sofá para poder mirar al chico de frente, con el movimiento haciendo que Felix saliera de su trance. Los ojos del pecoso se llenaron de lágrimas.

— No- no estoy bien, Chris.

Se largó a llorar a penas se abrazó al cuerpo de su amigo, ni siquiera se preocupó si los demás lo escuchaban llorar, estaba tan abrumado que no le importaba nada más. Solo quería ser abrazado ahora mismo. Chris comenzó a repartir caricias por su espalda y cabello, asegurándole que podía llorar todo lo que quisiera y llamándolo por bonitos apodos como si de un niño se tratase.

Justo en ese momento, la hermana de Chris, Hannah, apareció por el pasillo, se había quedado quieta en su lugar al ver a su hermano consolar al desastre que Felix era. Cuando Chris la notó, le hizo un gesto asegurando que el chico estaba bien y diciéndole que volviera a su cuarto por favor.

Cuando Felix pudo calmarse y regular su respiración con un poco de ayuda, decidió hablar, aún  abrazado a su amigo, como si su vida dependiera de ello.

— Tengo miedo, tengo miedo de entrar a clases, no siento que esté listo para convivir con gente a la que la mayoría no conozco y el hecho de que sea trans lo hace todo peor, Chris. Nadie va a comprender si les digo quién soy, voy a tener que aguantar que me llamen por mi nombre y pronombres incorrectos. Tener clases online hacia todo tan fácil ¿Por qué tenemos que volver? No quiero, no quiero.

Volvió a lloriquear, de verdad que ese tema lo tenía mal.

— Sé que es difícil, bonito. Lamentablemente la sociedad no está lista para ciertas cosas aún. Y sé que es molesto e incómodo que la gente no te trate por tu nombre pero tienes que saber no porque la gente te trate de la manera incorrecta vas a dejar de ser tu. Y también tienes que saber que nuestras familias y yo, sobretodo yo, vamos a acompañarte y escucharte en todo éste proceso de adaptación.

Felix sintió que podría volver a llorar. Dios, amaba tanto a Chris y a sus bellas palabras que siempre lo reconfortaban. Y sus abrazos ¡Como amaba sus abrazos! Eran lo mejor del mundo, nadie podía decirle lo contrario.

— Gracias. En verdad, gracias.

Fue lo único que pudo decir, pero para ambos significaba mucho. Era difícil que Felix se abriera con sus sentimientos de esa forma.

— ¿Mejor? Creo que hay gomitas de esas que te gustan ¿Quieres? Son de Lucas pero no diremos nada.

Ambos chicos rieron, como si de una travesura de niños se tratase, Chris siempre sabía como hacerlo sentir mejor.

Él era su casita segura. Y siempre lo será.

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aaaaa holi, escribí esto pq necesitaba apoyo emocional. Contexto: soy felix

No sé si alguien siga pendiente de esta cuenta pero bueno, tomen mucha agüita y cuídense

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