AKINARA

1. El Color De La Muerte

"Cuánto daño te han hecho como para encontrar consuelo en el mismo lugar donde fuiste privado de tu libertad"

Mo

Tenía cuatro años la primera vez que vi el color de la muerte, estaba en mi antigua casa con las figuras borrosas de los que alguna vez fueron mis padres. No recuerdo mucho de ellos, pero vivíamos en un pequeño pueblo cercano a la ciudad principal, todo era muy tranquilo. Todos se conocían entre todos, mas yo no recuerdo a ninguno de ellos con claridad, sin embargo, recuerdo a la señora que vivía al lado era madre de una adolescente rebelde.

Existía un enorme contraste entre ella y su hija, su sonrisa era cálida, aunque sus ojos parecían cansados y estaban adornados por algunas arrugas, ella me invito a comer galletas y al tomar su mano vi ese extraño color, no era como los colores que me rodeaban, pues este parecía anunciar el final de la vida. Y al llegar a su casa vi a un hombre vestido de negro y utilizaba un sombrero del mismo color, sostenía en papel entre sus manos.

La señora me sirvió dos galletas, pero nunca deje de ver a aquel hombre. Él sabía que podía verlo, y por instante creí que me haría daño, pero solo se quedó ahí.

Mi pequeña mente formulo una respuesta: Ella iba a morir.

Pero no dije nada, al menos hasta llegar a mi casa y solo escucho una voz femenina reprendiéndome, pero en menos de cinco minutos, se dieron cuenta de la señora ya había muerto. Y eso pareció aterrar al hombre, pues incluso intento golpearme, pero Akinara destrozo un jarrón que lucía muy valioso.

De alguna manera Secret me encontró y así obtuve un hogar.

A lo que voy con todo esto, es que los ángeles de la muerte tienen un color, los que morirán por causas naturales tienen otro color, los que son asesinados tienen otro color, los asesinos tienen un color. Todos son como subtonos del mismo color de la muerte y también hay un color de la vida, ese puede variar según los estados de ánimo del ser. El color de la vida está en constante cambio.

Yo he visto muchos colores de la muerte, pero nunca vi uno tan intenso e interminable, absolutamente no había un solo rincón que no estuviera teñido por el color carmín de la sangre y el olor metálico de la misma inundaba mis fosas nasales volviendo el aire denso.

Los cuerpos sin vida de los guardias y la servidumbre estaban despedazados e irreconocibles, los peldaños que daban la bienvenida a la residencia Laroux antes de color gris ahora eran rojos. Las paredes tenían huellas de manos que probablemente intentaban salvar sus vidas.

—Mo quédate detrás de mí —ordeno Mal y acate su orden—. Rhy, mantente alerta no bajes la...

Las palabras de Mal quedaron en el aire, pues habíamos llegado al salón principal y sentí mi estómago revolverse, eran los miembros de la familia Laroux amarrados a las sillas del inmenso comedor y algunos estaban en posiciones inhumanas, sus ojos desorbitados y sus elegantes ropas teñidas de su propia sangre. Unas gotas de sangre cayeron cerca de mis pies y lentamente subí mi mirada, ahogué un grito al encontrar el cuerpo del señor Laroux colgando del candelabro de color blanco que ahora chorreaba el líquido rojo.

¿Cómo pudo acabar con todos tan rápido?

El sol ni siquiera se ha ocultado por completo.

—Rhy debemos encontrarlo antes de que salga de aquí —hablo brusca Mal atando su largo cabello lacio azabache—. Mo quédate aquí y si lo encuentras corre al patio trasero sin mirar atrás.

Rhy se aclaró la garganta.

—Si encuentro al objetivo ¿lo atrapo o elimino?

Mal le dio una mirada de soslayo.