"Sé lo que hiciste"

Capítulo X

Pov Jack:

A la mañana siguiente, me levanté de la cama y aparté la colcha tan fuerte que acabó en la otra punta de la habitación.

Me giré hacia la cómoda de al lado de el póster de mi banda de rock favorita y miré la hora.

Las 8:46.

-Mierda- mascullé.

Me vestí rápidamente con la misma ropa de siempre; mis vaqueros rotos, mi camiseta blanca lisa y mi chaqueta de cuero favorita. Bueno, y también, las Converse negras.

Fui corriendo hacia el colegio mientras me comía mi galleta con pepitas de chocolate.

Cuando llegué al colegio, alguien me sobresaltó por detrás.

-¡JAACK! ¡Has venido!- dijo Sofía, con todo entusiasmado, abalanzándose sobre mí- Creía que no vendrías,

-Ehhh... si, claro- dije, algo distraído, mirando de un lado a otro.- ¿Dónde está Alex?

-No ha venido- dijo al segundo, se notaba muchísimo que estaba mintiendo.

-Qué raro, siempre viene- dije, siguiéndole el rollo.

-Ya... bueno, vamos a clase.

Después, me enganchó su brazo al mío y me empujó hacia la clase.

Puse una sonrisa incómoda mientras se despedía antes de volver a su sitio.

Empezamos dando Lengua, no sé qué de los poemas o algo así. Lo único que sé es que me echaron de clase por no estar atento.

Cuando por fin acabaron las clases, salimos al patio. Yo estaba buscando a Alex.

-Oye,- dijo Sofía.

-¿Si?- respondí, aún distraído.

-¿Por qué sigues buscando a Alex?

No respondí.

Cuando, de repente, me sujetó la cara con las manos y se puso de puntillas

Y me besó.

Qué cojones

Estaba tan sorprendido que me quedé paralizado.

-Que...- escuché la voz de Alex.

Mierda

-Alex... no es lo que- no me dejó terminar, ya que se fue corriendo a no sé dónde.

-¡ALEX!- volví a decir

-¿Por qué te preocupas por él? Me tienes a mí.- dijo, con una sonrisita que me dio asco.

-Oye, escucha, te lo voy a decir sinceramente, no me gustas, te conocí ayer y casi no te conozco, así que no vuelvas a besarme, gracias.- dije, completamente serio.

Se le quedó una expresión dolida.

Por favor, no llores, por favor, no llores.

Por suerte, no lloró. Así que me apresuré para seguir a Alex.