Capítulo 5:

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-¿Tienes un borrador, por favor?

Agradecí al cielo por esa voz que me salvó del incómodo momento frente a Aldo y su "amarillez".

Giré agradeciéndole con la mirada a aquella persona que; por la necesidad de solicitarme un borrador, salvó el comienzo de una amistad con el pie izquierdo.

Aarón:

Luego de haberme saltado las dos últimas horas de clase en el colegio, salí junto el tumulto de gente tratando de no levantar ninguna sospecha de mi ausencia. Solo quería relajarme un rato, no era tan malo mi actuar, ya que las dos horas fueron de Educación Física. Odio aquel curso, todo consiste en estirarse, cansarse, ser rápido y ligero.

No soportaré eso.

No más, aunque la profesora sea mi tía Lorena.

Aunque le diga a mi madre sobre mi ausencia.

Lo que más detesto de ella es que califica por tiempo, velocidad....en conclusión: Quién gana.

No me importaba mucho ese tipo de calificación, sólo que no todos teníamos la misma agilidad y capacidad de correr o doblarnos más fácilmente.

En mi salón existíamos algunos chicos con músculos lerdos, subidos de peso, o con terror a desgarrarnos.

Siempre estaba un compañero de 2 cabezas más alto que yo. Era delgado. Se preocupaba por sacar las mejores calificaciones. Era el engreído de todo profesor. Incluso mi mamá que era muy estricta con las matemáticas.

El punto de todo esto es que éste chico era el más sobresaliente y 1er puesto de todo el año, pero nunca estaba feliz con Educación Física. Era descoordinado y no tenía el equilibrio suficiente para el curso. Pero éste chico sí que se "sacaba la mugre" en el intento. ¿Para qué?. Para que Lorena le ponga un 0 en su libreta de notas. No calificaba el esfuerzo y empeño, ganas y dedicación que le ponía Jorge al intento de sobresalir. Este chico se lo merecía. Pero el más vago en su curso, el que se escapaba en su clase. El que menos disfrutaba su curso sacaba un 15.

Ése vago de Educación Física, soy yo.

Me ponía una nota intermedia por ser hijo de su hermano, y no hacía mi mayor esfuerzo, ni siquiera el mínimo. No me parecía justo en absoluto.

Yo quería mi 0, sí. Para que vean mi protesta ante ella, no el curso, ella. Quería que la cambien. Quería que tenga lo mínimo de alumnos aprobados para que la expulsen, ya que no estaría haciendo bien su trabajo, por que no lo hace.

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Llegué a mi casa, tomé una ducha rápida y cambié mi ropa. Dejé los bóxeres, calcetines, camisa y shorts en el piso. Tengo prisa.

Veo el reloj marcando las 4:38pm, tengo 15 min para llegar al Instituto y estar antes que el profesor.

Salí de la ducha con los pies mojados y veo que no están mis sandalias a la vista. Sostengo la baranda que debería sostener una toalla, pero ya la tengo sujeta a mí. Camino despacio con la intención de no caerme ni lastimarme. Llego de puntillas a mi cama y me siento en ella, veo el desastre que he hecho de camino aquí dejando mis huellas al estilo de 'Blue', río internamente y niego con la cabeza. Estoy usando jeans oscuros, un polo blanco y una casaca azul marino. Emprendo a tomar un bus ya que no tengo mucho tiempo.

Llego al comedor y veo una nota en la refrigeradora de esta mañana: "Ve con cuidado, te dejé algunas monedas en la chaqueta que está colgada tras la puerta. Úsala, te verás lindo, come algo ya que regresas tarde. Te quiero, Mamá"

Me dirigí a la puerta y saqué las 7 monedas que habían, me servirán para una dona en la cafetería. Dejé la chaqueta y salí de mi casa.

Eran 4:43pm.

Para cada loco, nació su loca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora