El Café

261 5 6
                                    

La historia comienza...


-¡Papá! - gritó ella entrando a la casa y tirando su bolso de la escuela en el suelo con rabia.

- ¡En el despacho, cariño! - gritó él de vuelta para que ella pudiera escucharlo.

La niña caminó a pasos agigantados hasta llegar a esa puerta. La cual ni se inmutó en tocar, sólo la abrió y sin mirar a su padre se dirigió a el sofa que estaba frente a la ventana. Se sentó con los brazos cruzados y la cabeza agachada.

Él, simplemente la siguió con la mirada, sentado detrás de su escritorio

- ¿Sabes por qué nos caemos? - preguntó él desde esa posición

Ella no respondió, sólo se mantuvo ahí. El hombre se levantó de su silla y se acercó, sentándose junto a su hija

- ¿Por qué lloras cariño? - la pequeña sólo atinó a abrazarlo. Él la recibió con gusto entre sus brazos. Ella se sintió tan protegida en ese cálido abrazo.

- ¿Por...por qué las personas tienen que ser tan injustas y...y crueles? ¿Por qué tienen que lastimar a otros para sentirse felices? ¿Por qué papá? - sus lágrimas caían sin parar mojando parte de la camisa de su padre

Él acarició tiernamente la cabeza de su pequeña.

- ¿Responderás a mi pregunta? - asintió con la cabeza, aún en el abrazo

- ¿Y bien?

- No lo sé papi, tal vez... - sollozaba respirando hondo tratando de calmarse un poco para poder responder - tal vez... Será porque somos muy torpes - respondió alejándose del abrazo y así mirar a su padre a los ojos

El hombre río un poco y ella lo acompañó mientras limpiaba sus mejillas

- Así me gusta verte cariño, sonriendo sin importar lo que pase. Bueno, a veces pueda que nos caigamos por ese motivo. Sin embargo, no me refiero a eso exactamente

-Entonces, ¿que sería papi? Porque es lo más lógico que se me viene a la cabeza - se acomodó bien en el sofá para escuchar la respuesta de su padre

- ¿Lo más lógico?

- Eso dicen mis compañeros. Yo sólo lo arreglé para que no sonara tan cruel como ellos lo comentan

- ¿De qué manera lo dicen ellos? - Indagó ya sabiendo la respuesta

- Con un tono muy fuerte y una mirada que asusta, lo cual hace que los otros niños y yo tengamos miedo - se rascó la punta de su nariz

- El miedo es simplemente eso, miedo. Y quienes al observarlo en otras personas disfrutan de tener el poder - ella lo miró confundida

- ¡Ay, mi pequeña! - sonrió alborotando el cabello de su hija - a lo que me refiero es que hay personas que cuando sienten o persiben que otras personas le tienen temor toman eso como un poder para seguir manipulando

- ¿O sea, molestando cómo lo hacen mis compañeros? - cuestionó dudosa

- Exactamente, veo que vas entendiendo. Pero lo que hacen ellos no está bien ¿Y sabes por qué? - meneó la cabeza en negación - porque lo que provoca es que los niños se sientan inseguros, que no puedan socializar, que no les cuenten sus problemas a sus papá o alguna otra persona que le tengan confianza y que generen ciertos accidentes

Desierto de dolor. Calle Y Poché. PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora