|Capítulo 1|

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¡El misterio! Si, un misterio profundo nos envuelve. Cuánta más luz, más misterio.
                        一Thomas Carlyle.

Una noche, en un pueblo llamado Callavery se desataba una fuerte tormenta que amenazaba con hacer caer los inmensos árboles que rodeaban al lugar. 

Aún siendo un pueblo no tan conocido tenía un extenso espacio que era habitado casi en su totalidad por muchas personas. Elisabeth, manejaba con precaución por la ruta que se había convertido en un gran camino de agua por las enormes gotas que caían sobre el pavimento y empapaban todo el camino, al igual que el parabrisas del pequeño auto negro que iba manejando la muchacha.

Creyó que salir de su departamento a la tarde no le traería ningún inconveniente a la hora de viajar camino al pueblo. Tal pueblo donde fue citada para comenzar una investigación.

 Claro  no contaba con el hecho de que una lluvia atrasaría sus planes.

Miró al frente, los arboles se movían violentamente por el fuerte viento y no había nadie más que ella en aquella ruta. 

Su celular marcaba que ya casi era medianoche y el GPS indicaba que aún faltaban unos cuantos kilómetros para llegar. Tarareaba una canción para mantener aquella tranquilidad que la caracterizaba. Odiaba perder los estribos y ver que sus planes se iban por la borda. Al fin y al cabo era detective, su trabajo le exigía lograr sus cometidos.

Siguió aquella ruta que parecía no tener final alguno, al igual que la lluvia que seguía cayendo sin cesar. A la lejanía se veía el cartel en grandes letras color blancas que daban la bienvenida relatando: "Bienvenido a Callavery".

Suspiró al notar que ya estaba cerca de llegar a aquel fatídico pueblo en dónde las tragedias eran más que notables en los últimos tiempos.

Al pasar el enorme cartel descubrió viviendas y una nueva calle que ya dejaba atrás a la larga y desolada ruta. Comenzó a ver las farolas que alumbraban las calles centrales del pueblo, paso casa, negocios, la plaza del lugar y más casas. 

iba camino al hotel donde le habían indicado que iba a quedarse durante el tiempo de su investigación. Su jefe, un hombre robusto en sus ya entrados cincuenta años le había comunicado unos días atrás que la enviaría a aquel pueblo por pedido de un viejo amigo.

Elisabeth en ese momento respondió con fastidio, negada a abandonar su ciudad de orígen, amaba su trabajo y le dedicaba la mayor parte de su tiempo, por eso, jamás tuvo el tiempo de ir hacía otro destino. Luego de 24 horas analizando la situación y teniendo a su jefe pisándole los talones, pensó, qué tal vez, le vendría bien conocer otros aires.

Entonces ahí se encontraba, a solo unos cuantos metros de su destino y el lugar donde pasaría un tiempo一esperaba que corto一hasta que la investigación terminase.

Aunque  a veces descubrir mentiras muy bien enterradas podria tomar más tiempo del deseado.

Llegó al lugar que por fuera se veía como una pequeña casa de dos pisos con un jardín delantero y cochera, pisó el freno frente al sitio y frunció el entrecejo al ver que no tenía las fachadas de un hotel en lo absoluto. 

Bajo del vehículo y se colocó la capucha de su campera notando como las gotas la empapaban de inmediato, corrió hasta la entrada y tocó el timbre.

Esperó unos segundos y la puerta color caoba de la entrada se abrió ante sus ojos, un hombre de mediana edad, tal vez la misma que su jefe, la miro fijamente con confusión, sin saber tal vez que hacía una muchacha con sus fachas a esa hora de la noche.

一Disculpe, soy Elisabeth Writer, pertenezco al C.I.O, el Comando de Investigación Oficial, fui enviada por Francis a esta ubicación, me dijo que sería el lugar en dónde debía hospedarme一musitó con firmeza al hombre parado en la puerta.

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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El misterio de CallaveryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora