🔥𝗨𝗡𝗔 𝗜𝗡𝗩𝗜𝗧𝗔𝗖𝗜𝗢́𝗡 𝗜𝗡𝗗𝗘𝗖𝗢𝗥𝗢𝗦𝗔🔥

34 2 0
                                    


Eren desde el amanecer se había estado sintiendo un tanto raro.
Sentía que su cuerpo estaba ardiendo más de lo normal pero le resto importancia ya que supuso que era por lo cansado que aun se sentía por todo lo del día de ayer.

El día anterior Eren se había sometido a varios experimentos con Hanji y terminó completamente agotado por lo que apenas la castaña lo dejó ir, se metió a su cama y quedó totalmente inconsciente.

Eren había sido convocado por Levi. Habría pedido que fuera su oficina, al parecer el azabache necesitaba hablar con él castaño.

—No me siento con ánimos de hacer nada..— expresó el castaño con algo de pesadez mientras arrastraba sus pies por aquel pasillo —Lo único bueno de todo esto es que podré ver la cara del capitán—

Eren y Levi mantenían una relación de amantes a escondidas de los demás reclutas por ello demostraciones de afecto frente al público estaban prohibidas.

Al llegar frente a aquella puerta tomó algo de aire, acomodo su postura y decidió tocar suavemente con su mano aquel objeto de madera.

—Adelante.. —

Se escuchó desde adentro que daban el visto buena que entraran a la oficina.
El castaño se aclaró la garganta y seguido abrió la puerta con lentitud mostrando primero su cabeza y luego ya todo su cuerpo.

—Buenas noches Levi Heichou — lo saludo como era debido, con su brazo derecho levantado a la altura de su pecho haciendo un puño y su otro brazo lo tenía colocado en su espalda

La cara del castaño estaba ligeramente rojiza y parecía inestable, eso fue lo que el azabache notó.

—Eren...te llamé porque Auruo me informó que hoy haz andado flojeando todo el día....— expresó desde su posición. Se encontraba sentado tras el escritorio con la silla ligeramente inclinada hacia atrás —¿Algo que decir ante ello?

—Ah...ese chismoso de Auruo— murmuró por lo bajo.

El castaño no sabía que decir, de alguna forma era cierto que todo el día y tarde se la paso de flojo pero no porque halla querido sino por su estado inestable

—Heichou, le pido perdón, de alguna forma esa información tiene algo de verdad pero tiene una explicación —

El azabache estaba dispuesto a escuchar lo que el castaño tenía que decirle, tanto así que se puso de pie y llegó hasta estar frente suyo.

—Bien te escucho — fue lo que dijo cuando estuvo ya frente al castaño, cruzando sus brazos

El castaño estaba por empezar a explicarse cuando algo en sus pantalones le hizo olvidarse de todo.
Él sabía que estaba erecto pero no tenía ni idea de por qué?.

—Mierda, Levi Heichou esta frente mío, si lo nota dirá que soy un pervertido o peor que eso va a golpearme— pensó el castaño en un arranque de desesperación

—Oi ¿vas a hablar o tengo que sacarte las de la boca a punta de golpes—

El castaño pegó un ligero brinco y de forma disimulada llevó sus manos a su parte baja.
Su mirada hacia el azabache ahora era de deseo, su estado estaba empeorando y su cuerpo empezaba a arder cada vez más.

—Creo que no podré...no me estoy sintiendo bien en estos  momentos Heichou — no sabía cómo salir de aquella oficina

—¿Qué? Acaso crees que te puedes ir así como así sin más mocoso? — note que sus manos estaban en aquella área de su cuerpo

El cuerpo del castaño ardía en deseo y ahora sus ganas de tomar al azabache estaban apareciendo.
Ya tenían varios días que no habían tenido esa clase de contacto.

—Heichou...—

El azabache levantó su mirada ante el llamado del castaño y justo en ese momento este avanzó unos pasos hacia delante y tomándolo de los brazos se inclinó hacia un costado del mismo para susurrarle lo siguiente al oído —Siento ganas de arrancarte la ropa y tomarte aquí mismo sin importar quien llegue a escuchar —

Estaba perdiendo la razón, se dejaba guiar por sus instintos carnales hasta el punto de ser directo.

—Oi mocoso...¿Qué crees que estas haciendo?— preguntó el azabache un tanto desconcertado

—Perdóneme, pero siento que no puedo aguantar más — el castaño subió sus manos hasta el rostro del azabache tomando sus mejillas —Quiero besarlo Levi Heichou por favor permitame hacerlo o tendré que obligarlo — sin esperar a que el azabache le respondiera pegó sus labios con los ajenos mientras lo empujaba sutilmente, haciendo que retrocediera hasta tocar el escritorio. —Heichou déjeme hacérselo — empezó a rozarle su entre pierna

El azabache sabía que el castaño no se iba a rendir tan fácilmente con ello.

—Muy bien, pero no vayas a ser muy ruidoso — el azabache se empezó a aflojar su pañuelo —Solo una vez ¿de acuerdo?—

—Ahh si si Heichou.... —

MINI HISTORIAS ERERI / RIRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora