↬∴ En esta vida y en mil más∴↫

06°| Luz

Ron estaba tranquilo mirando los jardines de la mansión Potter, remodelarla y arreglarla fue algo duro, pero finalmente se pudo.

Tranquilo estaba mirando atentamente, cada estrella que podía ver en el manto nocturno, la luna realmente estaba brillando con intensidad.

Estaba disfrutando de su amada soltería mirando las bonitas camelias que Harry había decidido plantar al rededor del perímetro del jardín bañadas por la hermosa luz de la luna llena.

Eso hasta que un pequeño James se fue a subir a sus piernas gritando "Tío Ron" a todo pulmón.

Ron arqueó una ceja tomando a James entre brazos.

-Tío Ron. -Murmuro Scorpius ingresando a la sala agitado.

Fue entonces que James aprovecho para fruncir el ceño.

-¿La luz se come?. - Cuestiono el pequeño con mucha curiosidad antes de que su hermano se lo llevara sin dejarle preguntarle su duda existencial.

Scorpius enrojeció hasta las orejas, él teniendo 15 ya entendía lo que su hermano de 10 dulces añitos no entendía aún.

Ron, en cambio, era un pobre hombre inocente.

-Obvio no, ¿Cómo pretendes comerte la luz?. - Respondió el pelirrojo con burla hacia la pequeña mini copia de Harry con ojos grises que yacía confundida en su regazo.

-Pues... Es que mi papi Draco le dijo a gatito que apagará la luz porque se la iba a comer toda.

Ron inmediatamente se levantó asqueado, dejando con delicadeza a James en el suelo.

-¡ESOS BASTARDOS NO CONOCEN LOS HECHIZO INSONORIZADORES!. - Bramo con fuerza espantado a James que en definitiva no entendía ni un carajo. - ¡Por el amor de Merlín, los aprendimos desde tercer año!.

Scorpius, por otro lado, se encargó de llevarse a su lindo hermanito a su cuarto para dormir juntos.

No quería que se enterara de cómo Ronald Weasley iba a patear traseros, muy probablemente desnudos.

Y en tanto James, bueno, él tuvo una explicación muy larga del porqué no debía intentar comerse la luz porque eso no era posible.