Casi un mes paso sin ver a su querido amigo que aún con sus diferencias de edad era su única compañía en el huerto, no entendía porque 8cho escaparía de su nuevo hogar adoptivo.
Pero después de una semana de búsqueda su madre perdió la esperanza de encontrarle.
Se culpo por no quedarse con el esa tarde e irse juntos como de costumbre pero el dolor repentino de estómago hizo que tuviera que irse temprano del colegio. Era simple su existencia sin el chico a su lado en todo momento del día, tan acostumbrado estaba que aún desapareció siguió dejando un espacio en la masa a la hora del almuerzo.
Eran alrededor de las nueve de la noche y se cuarto seguía iluminado, no podía dormir pero escondía este hecho con los exámenes parciales y su necesidad por estudiar bien. Algo que casi nadie sabía es que en realidad 8cho era su hermano menor, el había sido adoptado por ser hijo de una vieja amiga de su padre; nunca mencionó esto a nadie por comodidad del menor.
Cerro sus ojos un momento al sentir que comenzaría a llorar nuevamente, para su salvación el teléfono sonó.
Le mando las fotos a Auron y procede a levantarse para apagar la luz, camino descalzo para cerrar la ventana pero algo a lo lejos en la oscuridad del bosque que rodeaba su casa parecía mirarlo con sumo deleite. Sus ojos trataban de persuadir las sombras pero su cuerpo le pide alejarce de aquel extraño sentimiento, cerro con seguro y bajo las persianas para finalmente recostarse en su muyida cama quedando dormido al instante.
Sin saber que sus ojos se conectaron por momentos, sin saber que alentaba a su fiel admirador a seguirle más.