PRONTO NUEVA VERSIÓN EN FÍSICO.
✎ : ❝ Jung Hoseok es un trabajador social dedicado a los niños que sufrieron la misma suerte que él: el abandono y la desesperanza. Su pasado es un lienzo roto y mal pintado desde donde una mínima pieza deja de encaj...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya ha captado la idea, pero Hoseok simplemente no puede asimilarla bien, mucho menos asumirla. Pasa su brazo a través del de Yoongi, quién le vuelve a sonreír. Una música suave llena sus oídos, los invitados se levantan y giran hacia ellos. Sigue a su novio con paso inseguro, sonriendo a medida que llegan al altar y encuentran a Kim Namjoon con el mentón en alto, esperando por ellos.
En algún momento pensó cómo sería su boda. Él iba a organizarla por un mes completo e invitaría a todas las personas que se encuentran allí con ellos con una invitación que diseñaría junto a Yoongi, porque es más creativo que él para ese tipo de cosas. Sería un sitio pequeño, privado y con ayuda de uno de sus amigos para hacer una ceremonia simbólica.
—La ley nunca va a detenernos —le dijo Yoongi una vez—. Podemos hacer lo que queramos.
Él se lo concedió aquel día. Y se lo concede hoy. Por el gesto, por la sonrisa y por el ánimo silencioso que les entregan su familia y amigos.
—¿Comenzamos? —pregunta Namjoon.
Yoongi busca su aprobación. Él toma un profundo respiro y asiente, extendiendo sus manos para tomar las de su novio, quien se las entrega sin problema.
Su mejor amigo inicia la ceremonia con profesionalismo, lanzando comentarios para hacer reír al público. Buscando que ninguno llore para no echarse a llorar él mismo por lo que ve. Hay una mezcla de alegría y llanto contenido en el ambiente, incluso del mismo Hoseok, quien a pesar de que asiente y sonríe con amplitud, se traga el nudo en la garganta mientras Namjoon habla.
Su estómago se retuerce cuando Jimin es quien camina hacia ellos con un par de anillos dorados, Yoongi toma ambos con una sonrisa divertida y luego se dirige hacia Hoseok para entregarle uno. Entonces se da cuenta de que no tiene sus votos preparados y se pone algo nervioso. No es como si le costase hablar palabras lindas para Yoongi, pero frente a todos sus cercanos es angustiante.
—Al principio —inicia Yoongi— no sabía lo que estaba haciendo. Por un momento dudé en si realmente estaba haciendo lo correcto al planear algo a tus espaldas, pero mírate, aquí estás con esa sonrisa que fue lo que más me enamoró de ti. Hoy, a dos palabras de convertirme en tu esposo, quiero que sepas que eres la personas más dulce, valiente y fuerte de este mundo. Un hombre brillante, lleno de convicciones y deseos por cumplir. Con una vida plena y que me ha otorgado el placer de vivirla junto a él. —El anillo comienza a deslizarse por su dedo, pero Hoseok no puede quitar sus ojos de los felinos de Yoongi—. Mi primer amigo en este sitio y ahora el hombre de mi vida. Yo, Min Yoongi, me comprometo a permanecer a tu lado el resto de mis días, sin importar nada.
Se toma unos segundos para ordenar sus ideas e intentar resumir todos sus sentimientos, pero sabe que será difícil. Sobre todo si no ha podido preparar nada frente a la sorpresa. Toma un profundo respiro y sonríe con timidez, a medida que se le van abrigando las orejas.
—Creo que has escogido el camino más difícil —comienza entonces, haciendo reír al resto. Yoongi niega suavemente con su cabeza, mordisqueando su labio inferior—. Sé que quererme no es sencillo, y ¿qué decir? Aprender a amarte tampoco ha sido sencillo. Me ha llevado un montón de tiempo comprender que estaba enamorado de ti. Ni tú, ni yo, sabemos cómo sucedió, pero ¿qué importa?, ¿no? En algún momento supe que ya te había elegido. Que quererte sería una nueva pasión y amarte mi nueva cosa favorita en el mundo. Que ya no quería otras manos sobre mi cabello ni otros besos. Que sólo quería tus brazos rodeándome. Que te necesito para ir y venir, para estar y no estar. Que siempre estás conmigo, aunque no te vea. —Sus manos temblorosas recorren los nudillos de Yoongi y deslizan el anillo en su dedo con lentitud—. Hoy, yo, Jung Hoseok, reitero la promesa que te hice hace unos años: amarte por siempre. Te entrego mi vida y todo lo que soy en ella, sin importar lo que suceda quiero que tengas claro que, mientras yo viva, siempre tendrás un hogar donde llegar y unos brazos donde cobijarte.
—Nam —murmura alguien en el público.
Hoseok gira a verlo y se percata de que es el único con lágrimas surcando su rostro.
—Lo siento —dice, limpiando sus mejillas y aclarando su garganta—. Jung Hoseok, ¿aceptas a Min Yoongi como tu esposo para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en lo adverso y en lo bueno, hasta que la muerte los separé?
Sin poderlo evitar, ante el tono de voz de su mejor amigo, Hoseok ríe bajito antes de decir hacia Yoongi:
—Acepto.
—Y tú, Min Yoongi, acep...-
—Acepto, acepto —interrumpe Yoongi—. Por favor, que alguien lo detenga.
Todo que llega hasta sus oídos son risas de las personas que se encuentran a su costado.
—Bien —dice Namjoon entornando la mirada—. Por el poder que me otorga esta linda pareja de malagradecidos, yo los declaro marido y... marido. Pueden besarse, pero no mucho, por favor.
—Marido —murmura Hoseok con burla, tomando a Yoongi por la nuca.
—Marido —repite Yoongi, uniendo sus labios.
La ceremonia finaliza con los aplausos y los vítores de los invitados. Jungkook es quien se encarga de tomar las fotografías, mientras los demás se acercan a felicitarlos y abrazarlos.
—Te dije que debía ser yo —alega Jimin—. Tu amigo es un desastre, Hoseok.
—Lo es.
—¡Te estoy escuchando, Jung Hoseok! —exclama Namjoon a menos de dos metros de distancia.
—Como sea —retoma Jimin—. Estoy feliz por ustedes. Gracias por hacernos parte de esto.
Los abraza a ambos, y Yoongi lo regaña por comenzar a lagrimear sin razón, diciéndole que no sea idiota, pero besando sus cabellos en agradecimiento por todo el apoyo que ha recibido de él desde que los unieron para ser hermanos por siempre.
—Mamá. —Hoseok rodea a la señora Kim y se aferra a ella con fuerza—. No puedo creer que están aquí.
—No iba a perderme una boda decente con tu novio misterioso que jamás me presentaste —dice ella, acariciando su barbilla—. Estoy muy feliz por ti. Todo es muy diferente, pero te ves tan feliz, hijo. De verdad, espero que esto sea lo que quieres.
—Lo es. —Asiente, aceptando el abrazo del señor Kim—. De verdad, lo es. Gracias por venir, papá.
—No me acostumbro a estas cosas que se les ocurren a ustedes, y menos que Namjoon nos haya hecho viajar a última hora, pero al menos te ves feliz, y es lo único que me interesa, Hoseok.
—Yo no tenía idea —se disculpa.
—Ya lo sé. O sea, lo supe cuando llegamos y nos presentaron al novio sin ti. Eres muy afortunado.
—Lo sé. Lo soy y mucho. —La mano de Yoongi toma la suya al instante en que sus palabras finalizan, sonriéndole—. Ya conociste a mis padres.
—Te quieren mucho —dice Yoongi—. Y los míos quieren abrazarte. Ya sabes como son. —Blanquea los ojos.
El último abrazo que recibe es de Jeon Jungkook, quien entorna la mirada un segundo después de tomarles una fotografía a ambos distraídos con el gentío que no deja de felicitarlos.
—Gracias por cuidar de Yoongi —murmura.
Hoseok sonríe, palmeando uno de sus brazos cuando lo libera y volviendo a entrelazar sus dedos con los de su esposo. Los asientos alrededor han desaparecido y la música a aumentado su volumen. Entonces ambos notan que los empujan al centro. Avergonzado, Hoseok rodea la cintura de Yoongi con una de sus manos y extiende la otra para ofrecérsela, él coloca una sobre su hombro y la otra donde le pide. E inicia el vals más torpe de sus vidas, el cual disfrutan mientras se pisan las puntas de los pies hasta encontrar el ritmo que les acomoda, completamente fuera de sí, ignorando al resto. Ignorando todo lo que no sean ellos mismos.
—Por el resto de mis días —dice Yoongi.
—Por el resto de mis días —reafirma Hoseok.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.