capitulo 1

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La mañana fría de aquel lugar provocó que el cuerpo pálido del joven temblara levemente, este se encontraba sentado en su silla con las piernas cruzadas, una taza de café en sus manos y una manta negra sobre sus hombros mientras admiraba las pantallas que se encontraban delante de él y mostraban diferentes mundos teniendo cada uno algo que lo hacía especial. Soplaba el café a la vez que hacia un esfuerzo para no caer dormido allí mismo, y eso que era su sexta taza. En su rostro inexpresivo había parecido una ligera sonrisa debido a una persona que salió en su pantalla y tropezó torpemente pero rápidamente se arrepintió de haberlo hecho dejando paso a preguntas sobre si él se encontrara bien o si fue muy malo de su parte el haber sonreído. Un suspiro terminó por escapar de sus labios, volteó su mirada a su mascota, un animal peludo de color negro que poseía una cola larga de color azul con constelaciones en ella, que dormía con tranquilidad a su lado pero que, al igual que él, temblaba debido al frío. Retiró la manta de su espalda y la colocó encima del animal preocupándose más por él que por sí mismo.

Al acabar su café se levantó de su lugar y se acercó a la mesa de control comenzando a teclear algunas cosas, realizo un vistazo rápido para comprobar que no se presentara ninguna anomalía y al no ser así pensó que podría tomar un pequeño descanso, el cual no le vendría nada mal. Su aspecto era desastroso; sus grandes ojos bicolores, el izquierdo de un verde esmeralda y el derecho de un azul zafiro, eran acompañados por unas grandes ojeras debajo de estos que hacia juego con su despeinado cabello negro que cubría su frente y orejas y su vestimenta solo contaba con un buzo negro y pantalones sueltos. Froto sus ojos y se estiró soltando un largo bostezo a la vez que metía sus dedos en su cabello despeinándolo más de lo que ya estaba, como todo parecía estar en orden decidió darse la vuelta para ir a casa pensando que su trabajo ya había terminado... O eso creía él pues un portal de color amarillo se presentó delante él dejando ver a un joven de cabello largo blanco y ojos verdes que combinaban con la armadura que portaba, cuando notó la presencia del joven desarreglado se acercó a él con un semblante serio haciéndolo bajar un poco la mirada.

­-Informe-ordenó con una voz potente y un ligero tono de molestia.

El menor dio un pequeño salto debido al tono de voz del contrario pero sin decir nada fue al panel y tomó unos papeles volviendo con él en cuanto la obtuvo, agarró dichos papeles con fuerza y soltó un suspiro antes de hablar.

-Bien, veamos... Aún no se presenta ninguna anomalía de las que la tía predijo-levantó su mirada pero sin poder ver a aquel peliblanco directamente a los ojos.

- ¿Entonces todo está en orden? -levantó una de sus cejas mientras el menor le entregaba los papeles.

-Sí, todo se presenta estable y revisé varias veces el 358 B que es el que supuestamente iniciará todo.

El de ojos bicolores notó como en el rostro del chico aparecía una mueca mientras revisaba lo que le había dado, chasqueó su lengua y con una evidente molestia, levantó los papeles dejando ver una gran cantidad de dibujos sobres estos y donde algunos tapaban cosas importantes.

- ¿Qué te dije sobre dibujar en los informes? Hiro ya no tienes 5 años, compórtate como alguien de tu edad-exigió mirando al menor que solo dio un paso hacia atrás y agachó la cabeza para asentir-Como sea, vendré la próxima semana para buscar el informe y más te vale que este no esté rayado. Avísame si algo cambia.

-Lo haré, adiós, Yohan.

El chico se fue dejándolo nuevamente solo en ese lugar preguntándose si ahora su hermano estaba decepcionado de él o si lo había hecho enojar mucho por su mal hábito de dibujar sobre lo que sea cuando se aburría, esos pensamientos se vieron interrumpidos debido a que su mascota frotaba su cabeza en su pierna mientras sostenía la manta con su boca, Hiro sonrió y se agacho un poco para acariciar la cabeza de su pequeño amigo y sin pronunciar palabra ambos entraron a su casa para descansar. Miraba el suelo pensativo preguntándose, como siempre lo hacía, ¿Por qué no podía estar en su hogar junto a su familia y por qué él era diferente y debía estar allí? se sentía encerrado y tenía mucho miedo como para quejarse con sus padres sobre su vida actual.

El protector de mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora