𝙋𝙤𝙧𝙣𝙤¡! [ 𝘏𝘺𝘶𝘯𝘭𝘪𝘹 ]

𝖭𝖺𝖽𝗂𝖾 𝗌𝖾 𝗆𝖾𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇 𝗅𝗈𝗌 𝖫𝖾𝖾

Club clandestino de Seúl; 12:30 pm.

—Jisung, creo que ya debo irme, es muy tarde.

—¿No esperarás a Hyunjin? Ya casi está listo, fue a los vestidores.

Felix pensó con cuidado sus siguientes acciones, ¿Esperar a Hyunjin o irse? Irse solo era una terrible opción, pero esperar a Hyunjin tampoco era lo mejor, no sabía cuánto tiempo estaría cambiándose y mañana tenía clases temprano, no podía dormir a las 3 de la mañana.

—Cariño, puedes entrar al vestidor, Minho siempre cuida la entrada, puedes pasar.

Felix agradeció a su Hyung con una reverencia pequeña y se dirigió con cautela y bajando su olor lo más posible hasta estar en la entrada del gimnasio, Minho estaba allí con una cara de pocos amigos.

En cuanto vio a Felix corrió a abrazarlo con todas sus fuerzas.—Hyung, no...respiro.— Dio leves toques, -en realidad golpes fuertes-, en la espalda de su hermano para que lo soltara, este le hizo caso y lo libró del abrazo, sosteniéndolo aún con sus brazos.

—Jisung ya me dijo todo.— Felix guardó silencio, no siendo capaz de sostener la mirada de Minho.— Igualmente no debiste venir aquí, hay personas muy malas en este lugar.

—Ni tu, Jisung o Hyunjin son malas personas.

—Me temo que somos los únicos así.

_Puedo cuidarme solo, no necesito ninguna maldita protección.

—Sé que puedes defenderte de cualquier Alfa, pero aquí no hay solo uno, o dos.

El Omega bufó y se soltó del agarre del de cabellera clara.— Veo que estás feliz.

—Jinnie ganó la pelea.— sonrió, mostrando sus hoyuelos, haciendo sonreír a Felix, siempre ganaba las discusiones con esos malditos huecos en sus mejillas.

—¿Puedo entrar?— Minho asintió y el rubio tomó fuerzas y valor, todo el que tenía dentro de su pequeño cuerpo y pasó a los vestidores, Hyunjin estaba secando su cabello, el Omega ahogó un gemido de sorpresa al ver los hematomas en sus brazos, tenía una camisa blanca y unos pantalones de chándal sueltos, estando lo más cómodo posible.

El peligro en cuanto supo que Felix estaba allí puso la toalla que secaba su cabello en sus hombros y sonrió.— ¡Felix! ¿Viste como lo dejé? ¡Es una muy buena victoria, me dieron muchos puntos! Entraré al torneo con el porcentaje de hoy.

Felix se acercó y se sentó junto a él.— En realidad no vi, pero si te hace feliz, entonces felicidades.— El alfa soltó un risa y siguió secando su cabello, estaba algo largo, pronto tendría que cortarlo.

— ¿Me ayudas?

El pálido se quedó helado, ¿ayudarlo en qué? Observó la mano del más alto entregarle la toalla y la tomó sin pensarlo mucho, colocándose en la espalda de Hwang y masajeando su cuero cabelludo con el peludo y suave trozo de tela, sonriendo al notar los suaves sonidos de satisfacción que hacía el alfa de vez en cuando.