LET GO

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Una década de relación, eso es lo que llevaba aquella pareja que se encontraba frente a frente en uno de los sillones de su departamento, mirándose uno a otro, con aire de tristeza y esperanza de no decir aquellas palabras que los dos tenían miedo de decir, pero debían hacerlo. 

El de cabellos oscuros se encontraba jugueteando con sus grandes manos sudorosas a causa del miedo y nerviosismo.  

Por otro lado, el de cabellos rosados se encontraba en un debate mental interno, tenía miedo de decir lo que él pensaba. 

─ Vamos, dilo Jimin.─ Le animó en un hilito de voz Taehyung, quien ahora veía sus propias manos, no quería levantar la mirada, sabía de sobra que si lo hacía se rompería frente a quién amó y amaba.

─ Tae...yo...─ Salió apenas de sus carnosos labios. 

¿Cómo es que era tan difícil terminar algo que ambos deseaban internamente? 

¿Cómo es que llegaron a ese punto de tener que alejarse por su bien? 

¿Cuándo se volvió todo tan monótono?

  ¿Por qué tuvo Jimin que besar a Yoongi, su compañero de trabajo? 

¿Por qué tuvo que enterarse Taehyung y vengarse igualmente besando a su compañero de trabajo Jungkook? 

¿Quién creería que terminaría su historia así?

Dos jóvenes que se amaban y se adoraban desde el primer momento que sus ojos se fijaron en los del contrario. Dos jóvenes que por el destino terminaron juntos. Dando como resultado diez años de una preciosa y envidiable relación. 

Y que ahora se resumía en nada

─ ¿Recuerdas nuestro primer beso? ─ Preguntó de la nada Taehyung, ahora si centrando su vista en su Jimin o el que algún día lo fue.─ Yo sí lo recuerdo, fue una tarde de invierno...

─ Llegué corriendo hacia ti con una flor roja, tus favoritas del jardín de la facultad de artes, en donde estudiabas, tuve que robarla, porque no tenía dinero para comprarte una.─ Dijo con un poco de gracia el blanquecino chico. 

─ Te dije que no hacía falta comprarme o regalarme algo, pero nunca me escuchabas.─ Complementó Tae, también con un poco de gracia ante el recuerdo. 

─ Cuando te la di me regalaste por haberla robado, pero después lloraste, me dijiste que nunca te habían regalado una flor. Y entonces...

─ Te besé.─ El castaño oscuro suspiró y llevó sus manos a su sedoso y largo cabello, jalándolo un poco para atrás.

─ ¿Recuerdas cuándo te pedí ser mi novio? ─ Preguntó Jimin. 

─ ¿Cómo no hacerlo? ─ Río Kim.─ Casi te atropellan por no fijarte al cruzar la calle, ¿Sabes que casi me da un paro cardíaco ahí? Eres un tonto, Park Jimin. 

LET GO | VMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora