La perfección de la muerte.

01= Una sonrisa para revivir

Mi oídos se sienten taponados, como si estuviera bajo el agua. He vivido esto tantas veces que ya se volvió consrumbre, ¿sabes cual es la diferencia esta vez? Su sonrisa, por que si ante mi estaba una sonrisa perfecta, labios carnosos y dientes tan blancos que podrían ser los de un comercial de pasta dental. Detras hay una luz intensa y blanca que no me deja visualizar mas allá de su cuello y su nariz pero me basta con esa sonrisa.

Sólo quiero levantar mis manos para trazar tan perfecta sonrisa. Hasta que todo llega a mi como un balde de agua fría, mi corazón empieza a latir desbocado, esos perfectos labios empiezan a gesticular cosas sin sentido. Todo se empieza a a difuminar y...

Caigo en la inconsiencia.

*♠*

Despierto, lo primero que pasa por mi mente es que tengo dolor de cabeza como si tres camiones de carga fuesen pasado por mi cabeza, y lo segundo es un fuerte pitido intenso que traspasa mis oidos .

- Hi... ila. .. cal. .. shhh

-Doooooc... toooooor....

Lo mejor que puedo hacer en ese estado de duermevela es bufar para mis adentros, esos berridos sólo pueden ser de mi dramática progenitora.

Un caleidoscopio de colores de habre paso en cuanto habro los ojos y me obliga a cerrar los ojos, el olor anticeptico llega a mis fosas nasales. Olé, por lo menos uno de mis cinco sentidos funciona bien.

Reconozco por el olor que estoy en un hospital y cuando vuelvo a abrir los ojos, o mejor dicho me obligan a abrirlos me ciegan con una luz. Cuando medio recuperó la vista, con rayos blancos segando mis ojos, veo dos de mi progenitora y su esposo.

¡¡¡Genial!!! Nótese mi sarcasmo, voy a tener doble escarmiento esta vez.

-Mira hay dos tuuuu- digo alargando la u al final, mi voz fue mucho más baja de lo que me esperaba y mi boca esta pastosa.

Todo me da vueltas, pero necesito el baso de agua que se que está en la mesa a mi izquierda, mis brazos no se mueven y los miro.

-Que mieeeeerda- digo mirando mis muñecas atadas a la camilla de hospital, mi voz salió mucho más alta y aguda esta vez.

-¿Me oyes?

Levanto mi cabeza y me encuentro a un doctor a un lado de mi cama, espera ¿cuanto tiempo lleva ahí? Mueve sus labios ¿me está hablando a mi?

-Mira Marilyn, hay dos de él también.-quisiera levantar mis manos para señalar al doctor, pero considerando que están atadas a la camilla me conformo con hablar.

A pesar del putodolor de cabeza me vayas gracia ver las cosas dobles.

-Dorale, hija por favor...

-Señora, Dorale sigue bajo los efectos de la anestesia...

¿Anestesia? Más que anestesia me siento borracha.

Cierto los ojos y cuando lo vuelvo a abrir el tiempo ha pasado, es de noche y mi mente está más despejada.

Mis manos siguen atadas y lo único que está a mi alcance es el botón para llamar a las enfermeras, dudo si llamarlas y al final claudico. Quiero estar sola un rato y si las llamo eso no será posible.