DULCE AMOR

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Los personajes no me pertenecen, solo los tomo para entretener a los fans. Ranma es una obra de mi querida sensei Rumiko Takahashi.

                       —O—

Siempre me he considerado un alma libre, un hombre del camino…
Y es que desde pequeño eh rodado por el mundo; nací y crecí para el arte marcial, para honrarlo como debe de ser y solo a este he aprendido a amar.

Mujeres ¿quién las necesita? todo lo complican, desde mi infancia lo vengo comprobando, fue allí que conocí a U-chan; la verdad es que en un principio creí que era un chico al igual que yo, cosa que descarté con el tiempo. Sin embargo la convivencia diaria se fue tornando en una amistad posesiva, no entendía qué pasaba creí ingenuamente que mi "amigo" era malo para sociabilizar. 
Yo por el contrario  tenía hambre de hacer amigos.
Tantos deseos de ser un niño normal y de tener un hogar junto a una mamá o un simple juguete es entonces que recuerdo a Natzumi; esa niña era más pequeña, siempre me llamaba como “hermano mayor” habían otros niños que la molestaban mientras que yo, muy por el contrario jugaba con ella hasta que U-chan lo descubrió…

—¡Qué se supone que estás haciendo Ranchan! —reclamaba a viva voz.

—¿Ah? hola U-chan estoy jugando con Natzumi ¡mira que chulos juguetes tiene!

A U-chan se le puso la cara roja y comenzó a gritar cosas como que yo solo podía jugar con ella, pateaba los juguetes de mi amiguita, y sinceramente no entendía su molestia ¿Qué pasaba? ¿Por qué reaccionaba así? Era evidente que con U-chan no me divertía mucho ya que  todo el día era preparar okonomiyakis, si bien era sabroso y más aún porque siempre tenía hambre no era suficiente para mí ya que nunca jugábamos, entre entrenar con papá y preparar sus deliciosas pizzas japonesas deseaba jugar como cualquier niño de nuestra edad.

—¡No Ranchan tú no puedes! —chillaba Ukyo sin cesar.   

Nunca me digas que no puedo
Nunca me digas qué creer
No ves que ya no tengo miedo
No me pongas tus cadenas.

Días después muy de madrugada papá me despertó, era hora de partir y yo fui muy feliz.

El tiempo siguió su marcha los caminos se fueron sumando, las lecciones me fueron formando, recorrimos en su totalidad Japón y con doce años comencé a embelesarme con las tierras chinas; tantos secretos que resguarda y allí aprendí de muchos, quería empaparme de su sabiduría y la rama del vale todo la cual practicaba y que fui modificando a mi estilo, adherí las enseñanzas aprendidas y en consecuencia fui siendo el mejor cada día…

Perdóname si no te sigo
Pero me aburre caminar
Me construí unas alas de cartón
Y voy a intentar llegar al sol
Aunque me muera de calor

A mis quince años llegamos a una tierra de amazonas, tras tres años recorriendo todo China apenas podía mantener una media conversación en mandarín y es que enfocarse en el arte no daba mucho tiempo para socializar y no había aprendido mucho de esa lengua; el viejo insistía con su lema de toda la vida “solo hay tiempo para entrenar”

Una anciana de Jokenkiuzo me vio entrenar una mañana y nos invitó a su aldea, declinamos en un inicio pero nos hizo entender que su aldea era de “guerreros insuperables” los más fuertes. Eso me motivo a seguirla y efectivamente poseían una fortaleza inimaginable, solo que había un detalle no eran guerreros sino guerreras las más fuertes, nos atendieron bien no me puedo quejar, practicamos con algunas amazonas pero resulté más hábil que ellas. La anciana Colong propuso entrenarme para convertirse en mi maestra, eso me emocionó pues la había visto en lucha y sus habilidades eran asombrosas; nos contó que ella no enseña a cualquiera porque no todos valen la pena, la anciana necesita un guerrero fuerte, solo quería al mejor. Repetía constantemente la palabras “Shampoo y airen” bueno la verdad no presté más atención tenía una excelente oportunidad y no la dejaría pasar.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2022 ⏰

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