Muchos días para apreciar esta belleza de parejita. Toda la info y temas en español adentro :) ¡Aguante el ShinKami loco!
Los personajes hablan con voseo rioplatense como en todas mis historias.
Advertencias:este relato contiene material erótico. Ambos son mayores de edad.
Shinso será el de abajo/bottom/uke/pasivo, como quieras decirle.
Sé que hay gente que esto no le gusta, pero quiero probar cosas nuevas. Otros días tendremos Shinso top 😊
AU íncubos y súcubos. (Demonios masculinos y femeninos, respectivamente, que mantienen relaciones sexuales con las personas para obtener energía vital). Generalmente los íncubos atacan a mujeres y los súcubos a hombres, pero no me voy a regir por eso.
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Denki era un íncubo de apariencia joven que llevaba miles de años atacando mujeres, se había cansado de eso. Quería probar algo diferente.
Supo que el muchacho de pelo violeta que siempre preparaba su café sería su próxima víctima el primer día que lo vio. Normalmente no se fijaría en una persona tan aburrida, él necesitaba nutrirse de energía vital, y ese chico no parecía tener mucha.
Sin embargo, sabía que el barista lo encontraba atractivo. Ese detalle era solo eso, un detalle. Pero despertaba su curiosidad. ¿Qué tanto alimento podría obtener de una persona así?
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Denki tenía dos maneras de "cazar". La mayoría de las veces tenía sexo casual. Solo bastaba hechizar a la humana elegida. Si le gustaba, volvía a visitarla en sueños una o dos veces más.
En algunas ocasiones se tomaba el trabajo de crear una relación con su presa. Pocas veces había utilizado esa táctica y se prometió a sí mismo no volver a hacerlo cuando se involucró sentimentalmente.
Los humanos solo eran la fuente de su alimento.
Pero dado que era la primera vez que iba a estar con un hombre, decidió conocer un poco más al barista que siempre dibujaba hojitas en su café.
Comenzó a intercambiar palabras con el chico. Gracias a una plaqueta en su uniforme supo que se llamaba Hitoshi. Cada vez que le daba algún halago sencillo como "ese color te queda bien", se aseguraba de que el muchacho lo mirara a los ojos. Su mirada color miel se volvía dorada y Hitoshi parecía hipnotizado por un par de segundos.
