¡Entra, Star Butterfly!

Parte 8

Mientras tanto, en la gran torre de Konoha, el tercer Hokage observaba todo a través de su esfera de cristal. Luego de ver lo que había sucedido con Naruto, su preocupación creció más de lo que ya estaba. La situación se había salido de control gracias a aquella acción tan descarada por parte del peliblanco.

-"Esto no es bueno, Mizuki tiene una gran boca, hizo sentir mal a Naruto, peor de lo que nunca se había sentido, pudo haber desatado el poder que hay en su interior" –Pensaba –"Si Naruto sigue manoseando el pergamino, el sello que encierra al espíritu del zorro en su interior puede romperse y la bestia podría salir. Y si eso pasa....lo lamentaremos todos...."

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Por otro lado, Iruka buscaba a Naruto por todo el bosque, logrando encontrarlo entre algunos de los árboles mientras corría a toda velocidad tratando de escapar.

-¡Naruto! –Lo llamó intentando alcanzarlo -¡Todo lo que te dijo Mizuki es mentira! ¡Dame el pergamino rápido! ¡Viene tras de ti para quitártelo!

El chico se detuvo en una rama y, estando lo suficientemente cerca y con extrema fuerza, le pegó al shinobi en el estómago alejándolo de él. El hombre cayó al suelo casi rodando mientras el muchacho se detenía tratando de recuperar el aliento y sentándose con la espalda apoyada a un árbol.

-No puede ser.... –Decía el castaño intentando levantarse –Cómo supiste....Naruto.... –Lo miró con mala cara para después transformarse, dejando ver que en realidad se trataba de Mizuki -¿Cómo supiste que era yo y no Iruka?....

Naruto se transformó dando a entender que tampoco era el verdadero y que se trataba de alguien más haciéndose pasar por él para tenderle una trampa a Mizuki. Tras la nube de humo apareció el castaño, mirando al peliblanco con una leve sonrisa de superioridad.

-Porque yo soy Iruka –Respondió

-¡Eres un tonto! ¿¡Por qué estás protegiendo a ese fenómeno!? ¡Por su culpa murió tu familia! –Le reprochó Mizuki con descaro poniéndose de pie

-No me importa lo que digas, no pondrás tus manos en el pergamino....

En ese momento, sin saberlo, ambos eran escuchados por el verdadero Naruto, quien se hallaba escondido detrás de un árbol cerca de ellos.

-Como si pudieras detenerme –Dijo el peliblanco -¿¡No lo entiendes!? ¡Naruto es igual a mí!

Iruka lo miró con el ceño fruncido.

-¿Qué quieres decir?

-Él quiere el pergamino para su propio poder y su propia venganza, así son las bestias. Él vertira toda su furia en el pergamino y destruirá todo

-Tienes razón.... –El castaño le dio la razón

-¿¡Ah!? –Naruto abrió grandemente los ojos. No podía creerlo, incluso su propio maestro desconfiaba de él y temía lo que pudiera llegar a hacer. El niño, con mucho dolor, abrazó el pergamino y agachó la cabeza sintiéndose destruido por dentro –"Entonces es cierto....Iruka-Sensei nunca creyó en mí....él piensa que soy como las bestias....algún tipo de fenómeno...." –Pensó

-Así son las bestias.... –Confirmó Iruka, haciendo que el chico se sintiera peor –Pero así no es Naruto, él no es nada parecido a eso.... –Aclaró después. Esto hizo que el rubio se sorprendiera ante su respuesta –Naruto es único, trabaja duro, pone todo su corazón en las cosas. Claro, comete errores a veces y exaspera en ocasiones....pero su sufrimiento solo lo hace más fuerte, eso es lo que lo hace diferente a una bestia....así que estás mal, él no se parece en nada al zorro de las nueve colas.... ¡Él es Naruto Uzumaki, de la aldea escondida entre las hojas! –Exclamó como punto final