Nostalgia de colores,
rosado como tus mejillas,
así era el cielo en tus pupilas.
Quería marcharme y no pude,
me ganó el brillo de tus ojos.
Quería odiarte y terminé por consolarte, Dándote más de lo que no sabía que podía.
Quería cerrar mis ojos
pero te encontraba ahí adentro,
eras la excepción a todos mis deseos, fragilidad e impotencia.
Nunca pude alejarme de esas manos,
quemaban mi piel cuando acariciaban.
Esa voz que era un arma y disparaba.
Arma de mil batallas.
Tu respiración me hipnotizaba.
Qué placer me generaba,
despertar al calor de tu pecho,
frío y templado.
Sucio y seco.
Tenía curiosidad por conocer tu dualidad, quería ser parte de tu mundo polarizado.
Fuego y hielo al mismo tiempo.
Lo dulce de tus labios y lo salado del sudor.
Néctar y sal.
Quería ser ese intermedio,
tus extremos opuestos,
pero me ganó el ritmo de tu respiración.
Quise cerrar la puerta contigo adentro,
pero siempre me ganaba el tiempo.
Vicio por lo blanco y negro.
Paulette Apolzer
