El primero de marzo me cogió desprevenida, pero que se puede se puede.
Les invito a pasar el cumpleaños número cuarenta y dos de uno de nuestros pelirrojos favoritos. Tendremos a Harry y uno que otro problemita de la vida diaria.
Disclaimer: ningu...
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01 de Marzo de 2022.
Ron se despertó con pereza y se estiró en la cama. Volteó a ver a su perrita; una beagle de siete años quien le hacía compañía en sus noches. Acarició su lomo con cuidado de no despertarla súbitamente y dejó un beso en su frente. Fue al baño y cuando salió, Giulia se desperezaba encima de la cama.
-Buenos días, gordita pechocha, canchosa hermosa. ¿Dormiste bien? -los primeros dos minutos de su día consistieron en mimar a su mascota como cualquier persona lo haría.
Tomó una chaqueta de la silla de la ropa que tenían en su habitación y se la puso, al igual que medias y tenis. Salió de la habitación y bajó las escaleras con Giulia detrás esperando para salir.
Al llegar a la cocina, lavó un durazno y le puso el collar a Giulia. Tomó las llaves, una bufanda, dinero y salió al pequeño patio delantero de su casa. El aire fresco mañanero le dio la bienvenida, se tapó unos segundos la nariz mientras se adaptaba al clima y empezó a caminar hasta abrir la reja y salir por completo de su vivienda. Caminó dos pequeñas cuadras y soltó a su perrita, dejándola hacer sus necesidades, minutos después volvió a su caminata con la canina detrás hasta que llegó a la puerta de la panadería. Pidió pan rollito y un croissant de queso, pagó y emprendió camino hacia su casa.
Cuando entró le sirvió el desayuno a Giulia mientras él preparaba chocolate y huevos. Se sentó en la mesa sintiendo la casa más vacía y solitaria de lo normal, es decir, estaba así desde hace casi un mes, pero ese día se sentía más que en otros. Puso la radio para llenar el vacío y con un accio su celular llegó a sus manos; lo prendió y miró por primera vez en el día.
¿Acaso qué día era hoy? Al mirar el calendario que había en la cocina lo recordó; primero de marzo, su cumpleaños.
-Wow, ya es mi cumpleaños -. Como si Giulia entendiera, ladró y le batió la cola contenta. Ron simplemente le sonrió y siguió con su desayuno mientras leía los mensajes.
∆°∆°∆
A eso de las nueve de la mañana (se había despertado a las siete y media) llegó vía lechuza la carta de felicitación de sus padres más la invitación a un almuerzo familiar el domingo y a tomar onces esa tarde en la Madriguera. Aceptó y se metió a la ducha para alistarse.
George le había dado el día libre, pero sinceramente no sabía si era peor o mejor ya que no tenía nada para hacer.
Sortilegios Weasley, se había convertido con rapidez en una empresa a nivel internacional y no solo en el mundo mágico. Aun así, George y él atendían la tienda principal en todo el mundo, y la gente viajaba solo para ver al creador y su familia. Algo siempre doloroso era que en un momento habían empezado a pensar que todo había sido idea de George, por lo tanto, siempre, siempre le recordaba a la gente sobre Fred y su importancia en la tienda. La tienda tenía categorías: niños, bromas de colegio, para ferias o festividades, celebraciones, otras que ayudaban a Aurores o infalibles en sus misiones, un espacio de mascotas, de adultos (la mejor obviamente) y todas ellas eran igualmente incluidas en el mundo muggle, solo que al modo... Muggle. Él era el creador de la parte dedicada al Quidditch, así que tenía su propia "tienda" por decirlo de alguna manera.
