¡Feliz cumpleaños Ryū! (sad)

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ADVERTENCIA: este es un capítulo único que puede contener depresión y otros trastornos y situaciones difíciles)




El albino corría por una pradera sonreía y saltaba, un figura lo seguía de cerca.

- ¡Ryū! ¡Ryū! vamos a recolectar flores ¡hay que ir ver si hay algún animal bonito!

La figura suspiro, bajo la mirada, sonrió asintió.

-Vamos, te acompaño -murmuro.

El chico corrió entre alegría y carcajadas, se movía alegre alrededor de la figura y esta solo podía sonreír y suspirar.

El albino recogió unas flores silvestres y las vio sentándose en la sombra de una árbol.

Su acompañante se sentó a su lado viendo como veía las flores con una clase de nostalgia y un pequeño cambio en sus ojos.

-Son hermosas ¿no es así?

-Lo son Atsushi -le contesto revolviendo su cabello y recibiendo una mirada de infinita tristeza de parte del albino, una mirada que rompía su corazón.

- ¿Me he vuelto loco? -le cuestiono el albino mientras se esforzaba por no derramar sus lágrimas acumuladas.

-No... estas un poco triste, eso es todo, pero no estás loco... al menos no más que yo.

Una sonrisa se forzó en los labios del chico.

-No ayudas mucho -murmuro mientras lloraba.

- ¿E-estas bien?

El chico negó con la cabeza y oculto su rostro entre sus rodillas.

-No... ya no puedo... ya no puedo seguir con esto.

Su acompañante lo abrazo sin saber como consolarlo... el chico estaba completamente roto y lo sabía.

-Ve lo bueno -le murmuro, sin romper el abrazo mientras el albino ahogaba sollozos e hipidos en su hombro.

-No le veo nada bueno a esto.

Su acompañante cerro los ojos con fuerza y apretó su agarre.

-Intenta... por favor, te necesitamos...

El albino seguía llorando aferrado a su acompañante.

-Ganamos.

-Si.

-Vencimos...

-Es lo mismo Atsushi.

-No le veo nada mas de bueno a esto -murmuro con la voz quebrada.

El otro cerro los ojos.

-Ni yo... ya ni yo -le dijo mientras lo soltaba viendo esos ojos empapados de lagrimas ese rostro que ya nunca expresaba un gesto de felicidad genuina.

-P-podemos ir... ¿a verlo? -cuestiono el chico y sonrió- hoy es un día especial ¿no es así?

Su acompañante asintió.

-Claro Atsushi, vamos.

Ambos se levantaron.

Las lagrimas se secaron en el rostro del albino después de que este no hiciera ningún ademan de quitarlas, caminaban, conocían el camino de memoria, el albino vio al cielo con la mirada perdida mientras que el otro veía que no fuera a tropezar, después de un rato bajo la mirada con nostalgia y sonrió.

¡Cumpleaños 2022! -one shots BSD-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora