Todavía recuerdo el día, yo era un joven sano recién salido de la escuela preparatoria, el sol brillaba, como sea, todos me odiaban, sentía como todos me juzgaban. Mi camino a casa durante el último día de la escuela fue un infierno, como de costumbre, los chicos que pasaban en sus autos gritaban cosas como: maricón o ya toma una ducha; ¿por qué me odian tanto?
Un pensamiento paso por mi mente, estos tipos poco a poco me mataran de todos modos, ¿por qué no hacerlo rápido y sin dolor?, estaba cegado por el dolor, si hubiera sabido entonces lo que se ahora nunca me hubiera atrevido a tomar esa cuerda de mi sótano, ¿pero donde hacerlo?, no en mi casa, yo odiaba a mi madre, pero no lo suficiente para causarle un trauma.
Así que salí de casa y me dirigí a la ciudad a la parte más remota y dentro de un callejón me propuse a acabar con mi vida.