CAPITULO 2

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El irritante sonido de una visita en su habitación lo hizo abrir los ojos. Al girar su rostro en dirección a su despertador por poco y asesina al intruso.

__¿Qué quieres a esta hora, Kurogiri?.

__Venía a recordarte que el chico al que tienes que vigilar se levantará en unos pocos minutos, según la información de nuestro intruso- dijo mientras le entregaba unas cuantas hojas- son los horarios del joven Midoriya, sensei quiere que los siga y se acople a ellos para la misión de reclutamiento.

El menor rodó los ojos y se levantó de su cama para tomar de mala gana aquellos horarios.

__No sale con amigos ¿Verdad?- preguntó al ver el horario- este niño solo entrena y estudia... Ah y sale con su madre, que sorpresa.

__Deberias darte un baño y salir, su rutina no tarda en comenzar- dió media vuelta y salió de la habitación.

__¿Bañarme?... Puedo soportar un día más- olfateo levemente y negó- no, iré a bañarme.

Luego de darse una buena y merecida ducha, Shigaraki tomó su habitual ropa y con ayuda de Kurogiri apareció un callejón antes de los departamentos donde vivía el peliverde.

__Deberia estar durmiendo- pensó al comenzar a caminar.

A los pocos segundos pudo divisar la cabellera verde salir del edificio, llevaba ropa deportiva que marcaba su bien trabajado cuerpo.
El peliceleste miró su teléfono: 5:15am.

¡¿Por qué mierda despertaba a esa hora?! ¡¿Que veía de divertido en eso?!

Se puso la capucha de sus sudadera y comenzó a seguir al menor a una distancia prudente, aunque debido a la hora que era y la poca gente que transitaba, no dejaba de verse como un criminal a punto de secuestrar al pequeño arbusto.

El menor dió unas cinco vueltas al parque para luego hacer barra en los artefactos de ejercicio que había en el lugar.
Inconscientemente, Shigaraki fijó su mirada en sus pequeños pero musculosos brazos, estaba sorprendido de la manera en que podían marcarse, pero considerando su Kosei, era obvio que debía tener un buen cuerpo.

Salió de sus intrusos pensamientos cuando un chico se acercó al arbusto.

__¡Kaachan!- exclamó con felicidad en peliverde.

__¡Cállate y dedicate a lo tuyo!- exclamó el otro.

Y entonces lo reconoció: la bomba con patas.

Está vez miró a ambos adolecentes hacer su rutina de ejercicio, aunque de vez en cuando kaachan le regalaba algunos insultos al nerd de mierda.
Si él fuera Midoriya, seguramente ya le hubiera enterrado un buen golpe en el trasero a aquel rubio malhumorado, mira que venir y agredir a esas horas infernales sin una razón aparente... Era una buena razón para golpearlo.

Volvió a mirar su teléfono cuando el rubio se fue del lugar gritándole al peliverde =que se largará si no quería que lo mandara a volar a su hogar= de alguna manera Kaachan se preocupaba por Midoriya, pero por supuesto que no lo iba a admitir.

Recién eran las 5:45am cuando el peliverde suspiró y miró a su compañero alejarse.

__¡Kaachan!- exclamó el menor y frunció el seño.

__¡Vamos! ¡Golpealo!- animó Shigaraki en su mente.

__¡¿Que quieres, Deku?!- dió media vuelta con una mala cara.

__¡Estás dejando tu botella!- exclamó el más bajo y le lanzó una botella naranja.

El rubio la tomó y sin dar las gracias siguió su camino.

INCORRECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora