Oscuridad, es todo lo que veo, hace mucho que no siento la luz del sol sobre mi piel, tanto que ya he olvidado lo que era la calidez, escucho voces por todos lados y a donde quiera que voltee mi cabeza lo único que logro divisar es oscuridad nada más, sé por qué estoy aquí, no lo recuerdo, sé que éste es mi castigo y que no puedo huir de él, ya no se cuanto tiempo ha pasado desde que pude hablar con algo vivo, sí, algo y no alguien, porque siempre fui una persona solitaria e introvertida, encontraba placer en pequeñas criaturas y mi tiempo a solas, de hecho.. eso fue el inicio de todo, y el fin de todo lo que yo conocía y denominaba normal.
Crecí en un pequeño pueblo cuyo nombre y locación he olvidado ya, quizá porque siempre odié ese lugar, lo único que agradaba mis días eran los pequeños animales con los que solía jugar y contarles mis vivencias e inventadas historias, esas pequeñas ardillas y el gracioso conejo gris que hizo su madriguera en el patio de mi residencia, el bosque tan verde y los árboles frondosos que cada vez se hacían más hermosos, incluso con niebla y aspecto tétrico no hacía más que volverlo atractivo y mágico a mi vista, sentía que el bosque era más mi hogar que me propia casa, puesto que nunca me habían querido, y quien lo haría? Si después de todo fuí el hijo de una sirvienta abusada por mi padre, nunca conocí el rostro de mi madre y el cariño que supone debe tener un niño, un hijo ilegítimo de la familia más importante del lugar, mi madre murió al darme a luz y para ocultar mi procedencia decidieron pasarme por hijo de la mujer de mi padre; una dama elegante pero arrogante en extremo, una mujer poco agradable, la cual siempre me miró con desprecio.
Mi compañía siempre fueron los pequeños peludos que aparecían en el jardín trasero, yo los seguía hasta el bosque jugueteando y olvidando el resto del mundo, siendo feliz pequeños momentos y perdiendo la noción del tiempo, pero eso no importaba, no importa que tan lejos llegara a casa o incluso si no llegaba, ya que mi padre nunca se preocupó por mí, recuerdo muy bien aquel día que cambió mi vida, que saco de mi rutina mi muy aburrida existencia y las cosas que conocí perdían todo sentido, mi vida no volvería misma.
Aquel día en el que un hombre joven se plantó en frente mío y dirigió su mirada al pequeño pajarillo herido que cargaba en mis brazos, pues al parecer mientras volaba tuvo la mala fortuna de herirse con espinos cerca de unos altos arbustos, lo contemplé.
Su cabello oscuro como la noche y sus ojos de un gris tan claro que rozaba la transparencia, sus labios de un color violáceo y la palidez de su piel lo hacía ver tan etéreo, que por un momento dudé de mi juicio y creí estar viendo una aparición.Él tomó al pajarillo de entre mis manos y sin decir ni una palabra se marchó por donde vino, quede atónito, no pude moverme y de mis labios no salió una sola palabra, nunca supe lo que hizo con el pequeño pájaro, mi mente me recriminaba diariamente, "tonto!" ¡Debí haberle hablado! O ¿quizá no? Pudo ser un espíritu.. un elfo, druida.. si de algo estaba seguro es que humano no era, tal belleza no era mortal, así pasaban los días mientras el chico misterioso se adueñaba de mis pensamientos y sin darme cuenta cada día que estaba en el bosque caminando o jugando con los lindos y peludos residentes, me encontraba esperando verlo de nuevo, yo era un niño en aquel entonces, me causaba curiosidad aquel joven que nunca había visto en el pueblo y por el que no me atrevía a preguntar, el tiempo pasaba y yo abandonaba la esperanza de encontrarlo una vez más, hasta que una noche en la que escapé para poder hallar paz unas horas, puesto que en casa era una guerra constante cada día de mi vida, el más mínimo movimiento era sin duda un imperdonable error para mi padre y su mujer, mi sola existencia era molestia para sus vidas, la mancha en su camisa, la vergüenza de su linaje y para colmo esa noche derramé agua sobre la mesa.. fue un accidente, pero los gritos no tardaron en hacerse presentes, le siguieron los golpes, escapé por el primer hueco que vi...

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El mensajero de la muerte
Fantasypequeño relato de un chico misterioso y quien nunca pensó tener una vida eterna al lado de la muerte.