36. koibito 恋人

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Persona de la que me he enamorado.

Kim Beomgyu y Kim Soobin se conectaron por primera vez desde el momento en el que sus par de ojos neófitos se encontraron, y como aquella película decía... Solo se hace click una sola vez en la vida. A diferencia de muchos destinados, no fue un amor que surgió por las artimañas de la madre luna, fue un amor que se cultivó como el jardín que tenían los Kim's.

Beom, el pequeño de Moonchild fue cortejado por el alfita recién presentado Soobin, quien se encargó de llenarlo de amor, detalles, flores y mucha comprensión.

Desde que aquel dichoso alfita había llegado a Corea y conoció al omega, en ese preciso momento no se despegó de él. Su lobo, aún no desarrollado, le hacía saber que ese era el lugar correcto, su hogar. Y ahí se quedó, fue difícil llamar la atención de aquel chico tan arisco y escurridizo pero lo logró, después de largos meses pudo tomar su mano, besar con inocencia sus rojizos belfos y acariciar sus preciosos mofletes.

Las gentiles manos del omega le acariciaban la cabeza para calmar al feroz lobo mega que hacía sufrir a su portador. Un gran poder conllevaba un gran dolor, el cual Soobin estaba sufriendo en carne propia, su lobo estaba intentando tomar el control de él por completo, el celo era intenso y completamente abrumador, estaba al borde de la inconsciencia pero el único hilo que le hacía mantener un pie en la lucidez era Beom, su pequeño omega. Ahora sabía que podía hablar, y este le susurraba palabras bonitas que eran como un remanso de paz en medio de la guerra, la cual peleaban en contra de sí mismo. No había otro lugar en el que quisiera estar, sino ese. Había estado algo posesivo, su humor era cambiante y su cuerpo estaba pasando por una metamorfosis ¡Maldito desarrollo! Sin duda alguna, si no hubiera encontrado al omega ya habría caído en la locura.

Así lo sentía.

"Amo tu voz ¿sabías?" susurró tocando el largo cabello del chico que ya le llegaba hasta las clavículas. "Deberías hablarme mas seguido" sonrió a duras penas, la fiebre del celo lo debilitaba.

Beomgyu no creía que un alfa fuera capaz de cambiar algo en él, en el desastre que era. En el devastador desastre que se había convertido, pero ahí estaba el pequeño alfa Kim, derribando todas las barreras que había usado para protegerse así mismo. Debía confesar que su lobo lo había empujado a hablar, puesto que de esa forma lograría que el alfa se doblegara, no por miedo, sino porque era su omega quien le hablaba, así mismo, Dawn había sido de mucha ayuda en su proceso de recuperación por eso tenía mucho que agradecerle.

"Lo haré mas seguido, lo prometo ¿cómo te sientes?" preguntó preocupado al ver a-su ahora novio- retorcerse del dolor "¿Q-quieres? q-qué...¿Qué te ayude?" preguntó desviando la mirada, estaba apenado, generalmente los alfas eran los que proponían ese tipo de cosas.

Estaba ayudando al alfa con su presencia, su aroma y su atencion pero lo que estaba diciendo iba más allá de lo que realmente pensó en un principio, sí. Su intención principal era inocente pero... Joder, el olor de ese chico era adictivo y estaba empezando a tener estragos en su cuerpo.

"Estas chiquito" murmuró Soobin, cerrando los ojos creyendo que era broma.

"La tienes" farfulló.

"¿Cómo?" preguntó abriendo los ojos, una risa escapó de sus labios.

"Pito" bromeó retando, funcionó porque el alfita se levantó para luego enderezarse.

"El tuyo" le respondió con una sonrisa socarrona y Beom le golpeó en un brazo para luego bufar.

"Tómalo o déjalo" dijo desinteresado haciendo amago de levantarse del sofá de su pequeño apartamento.

"Beomie, hablando en serio... Si deseo, jamás podría mentirte pero no quiero que te sientas obligado solo porque estoy en celo" dijo con seriedad.

HOH-Minimoni-SSSS. [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora