La vez que conocí un ángel.

Único capitulo.

Todo comenzó aquel día, en mi lugar favorito, donde solía ir para escapar de todo y de todos, donde podía ser yo mismo sin aparentar nada. Después de terminar la gira mundial, lo único que quería era fumar un cigarrillo en aquel hermoso lugar, rodeado de árboles tan altos que parecía que podían tocar el cielo, todo era tan tranquilo, el único sonido era el de los pájaros cantándole a los rayos del sol y entonces lo vi, estaba recostado en un árbol, tal vez dormido, tal vez descansando, de lo único que estaba seguro es de que parecía un ángel, tenía una larga cabellera negra que cubría la mitad de su rostro, su piel parecía de porcelana, sus delgados labios rosados eran simplemente hermosos, y para que negarlos, quería sentirlos, pero lo que más me llamo la atención de aquel ángel eran sus ojos, que a pesar de estar cerrados lucían hermosos, adornados con sombras y delineador negro un poco corrido y unas hermosas pestañas, que solo un ángel podía poseer. Me quede observándolo por un largo rato, viendo como respiraba tranquilamente, hasta que comenzó a abrir sus ojos.

-Hummm - Se tallo los ojos mientras bostezaba, hasta que se dio cuenta de mi presencia - ¿Qué hace usted aquí? ¿Acaso me observaba mientras dormía? - Su voz, aun que sonaba un poco adormila, sonaba hermosa, digna de un ángel, tal y como me lo imaginaba.

-No, bueno, es solo que usted está dormido en mi propiedad - El pequeño ángel abrió sus ojos sorprendido y comenzó a negar con la cabeza.

-Esta no puede ser su propiedad, es enorme, y ni siquiera está cercada.-

-Claro que no está cercada, está en medio del bosque, ¿quién vendría aquí? - El bajo su cabeza como queriendo pedir perdón y unas lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas.

-Lo siento, es solo que estoy tan perdido, no sabía cómo regresar - Dijo esto mientras intentaba en vano limpiar sus lágrimas.

-Está bien, si estás de acuerdo, mañana puedo llevarte a la cuidad, ya está oscureciendo y es peligroso bajar la montaña de noche, pero por favor, no llores.- El asintió con la cabeza - Mi casa está cerca, sígueme.- El camino hacia mi casa, a pesar de ser muy corto, esta noche en particular parecía ser eterno y el silencio gobernaba el lugar, de vez en cuando miraba hacia atrás solo para asegurarme que seguía aquí, la luz de la luna hacia lucir su rostro aún más hermoso de lo que era.- Aquí es, si gustas pasar.- Le abrí la puerta a mi casa-cabaña, no era un lugar muy grande, sin embargo era acogedor, y era el único lugar donde nadie podía encontrarme, a excepción de Ashley claro, que solía venir de vez en cuando solo a pasar el rato.

- ¿Quién es tu amigo? - Dijo Ashley, que al parecer estaba sentado en mi sofá bebiendo una cerveza

- Él es... - Mierda, ni siquiera le había preguntado su nombre - voltee a verlo, esperando que respondiera el mismo la pregunta.

- Bill Kaulitz - Dijo en un tono apenas audible mientras apartaba el cabello de su rostro.

- Que nombre tan peculiar - Dijo Ashley en tono burlón, típico de él.

- Lo dice el chico que se llama Ashley, el cual por cierto es nombre de chica - Respondí en tono molesto, pues en mi opinión era el nombre más hermoso que jamás había escuchado. - Como sea, mi nombre es Andy Biersack. - Al decir esto se me figuro ver una pequeña sonrisa en el rostro de Bill.

- Bueno, al parecer yo salgo sobrando, me iré a mi habitación y los dejare solos. - Al decir esto guiño un ojo y entro a la única habitación del lugar, MI habitación.

- Okay, creo que dormirás en el sofá y en visto que Ashley se metió en mi habitación tendré que dormir en el piso. - Ese idiota me las pagaría después.

- Esta bien, no quiero molestar, puedo dormir yo en el suelo.

- No, tú eres mi invitado, por cierto, ¿Quieres algo de comer o beber? - La verdad, es que me molestaba dormir en el suelo después de meses "Durmiendo" en la parte trasera del autobús de giras.