Han pasado 5 años desde los acontecimientos en el circo Lobo, y ahora Hanabishi tenía suerte siendo científico en los Estados Unidos. Él creía haber dejado aquella 'inmadurez' y su pasado atrás, pero una sola llamada se encarga de cambiarlo todo en...
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︵‿︵‿୨ ♯ ୧‿︵‿︵ ━ ¡Sean todos bienvenidos al inicio de esta historia! :) Tenemos un gran recorrido por delante en este nuevo formato de relato que les traigo, así que espero que sea de su agrado y que les guste la idea tanto como a mí.
Una de mis adicciones pasadas volvió más fuerte que nunca, y tan solo tenía que escribir sobre ello. Les recuerdo leer la descripción.
Sin más que decir... disfruten <3 ︵‿︵‿୨ ♯ ୧‿︵‿︵
(Espero que esta música mejore tu experiencia mientras leas <3 Pueden repetirla cuantas veces quieran si no terminaron de leer esta primer parte para entonces)
(los de celular y ipads o tablets tienen que descargarlo! solo se puede escuchar mientras lees si usas compu :(( )
─ Hana, ve tranquilizándote un poco, ¿si? Es demasiado tarde ya. ─ Dijo aquel hombre. Eran las 11 de la noche y su pequeño hijo no dejaba de corretear por la habitación.
— Ha sido un día muy productivo hoy ... Estoy orgulloso de ti, ¡de veras! Pero va siendo suficiente. — Le recordó una vez más al menor, quien ahora frenaba su paso para mirar a su padre.
— ¡Pero...! ¡Quiero seguir jugando! ¡Aún hay tiempo! ─ Reprochaba el rubio de dos coletas sosteniendo un caballo de madera, el cual apoyaba debajo de una pequeña carpa de circo. — El caballito estaba a punto de dar su gran acto y hacer feliz a las personas. — Explicó.
─ Ah, ¿de verdad? ─ Una sonrisa se mostró en su rostro algo agotado, esa frase trayéndole felicidad. ─ Me alegra, hijo mío. Aunque esta vez no habrá otra oportunidad para que te siga dejando. Vamos, a dormir. ─
El pequeño se levantó del suelo haciendo un puchero, pero sin soltar su amado juguete. Miró a su progenitor con una expresión triste, sin querer cerrar los ojos y descansar por aquella noche. Al menos, todavía no.
─ No, no, nada de esas caritas eh. O si no... Vendrá el monstruo. ─ Advirtió, de repente sonriendo de forma 'maligna', descruzando sus brazos y haciendo gesto de garras con sus manos.
─ ¡Oh, no! ¡No, no, no! ─ Chilló el contrario, dando un salto leve hacia atrás. La idea de que una criatura viniera por él lo aterraba, sobre todo si era para obligarlo a hacer algo que no quería.
─ ¡Oh, si! ¡Si, si, si! ─ Dijo luego su padre, ahora yendo hacia el rubio y rápidamente haciéndole upa para correr por el pasillo mientras lo cargaba. ─ ¡RAAAWR! ─
