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Era tarde, muy tarde y tenia que ser silencioso si no queria llamar la atención de sus vecinos. Pero aquello era una perdida de tiempo, a veces no pensaba demasiado las cosas y actuaba de forma brusca y poco perceptiva. Empujo la puerta de su departamento como si la odiase y dando un portazo descuidado la cerro posiblemente alarmando a todo el edificio. Pero eso no importaba, al día siguiente estaria ahí para oír los reclamos.

Todo estaba tan oscuro y preferia que fuera de esa manera. Se sabia el camino a su habitación de memoria, no necesitaba tener la visión como un gato para darse cuenta donde estaban las cosas, pero de todos modos choco contra varios objetos antes de dejarse caer sobre su cama.

Era joven aun, no queria estar amarrado a una relacion donde le dictaran que cosa hacer o que cosa decir. Pero estaba ese pequeño problema que lo hacia humano como a todos en el mundo, ese problema que de vez en cuando le hacia dudar de sus acciones. De hecho ni siquiera estaba seguro de que era un "pequeño problema", para Lee Minho el amor era un problema, un problema sin remedio.

Saco su celular del bolsillo de su chaqueta y reviso sus mensajes. Como era habitual había alrededor de 20 mensajes de Han Jisung, el chico loco que había visto algo "bueno" en su persona. Aquel chico que le llamaba cada noche para preguntar cómo se encontraba.

Minho siempre se veia en la necesidad de contestar aquellos mensajes, de devolver las llamadas y pedirle perdon por desaparecer de la nada. Pero quería estar solo, era tan simple como eso.

Lo amaba, veía a Jisung como el ser mas perfecto en la tierra, como un chico inalcanzable incluso cuando este era correspondido. Pero la soledad, la vida infeliz y miserable eran parte de su rutina. ¿Como podría hacer feliz a alguien cuando ni siquiera el era feliz? Eso era tonto. Necesitaba mas tiempo para sí mismo, para poder encontrarse y tal vez descansar de todo.

Nunca conoceria a alguien mejor que Jisung, eso estaba claro, pero las cosas eran mejor así. El silencio era reconfortante ya que no habia una voz que lo juzgara, ni siquiera la voz de su conciencia. No podia redimirse de su desdicha.

Alone - Minsung -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora