Capítulo único

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Holis, me llamo Diana y la verdad es que esta es la primera vez que me animo a escribir un one shot, sobre todo por la teoría que leí en un grupo de MaiTake me ganó totalmente y me lleno de inspiración, si por aquí anda la personita que me inspiro, millones de gracias, tu teoría definitivamente ahora es de mis favoritas. 


Sin más que decir, espero de todo corazón que les guste, si llega a ser así, también agradecería un montón que me dijeran si quieren que escriba un poco más, eso me animaría mucho. 

Aquí les agrego una lista de spotify que hice basada en la historia. 

https://open.spotify.com/playlist/2HvbPq0OAvbIvJMYoqF98p?si=UjI5_7pcRmWNonKsPgXBUA&fbclid=IwAR3ZRnNrJnzAlbDI366eAZavRNu5wru5z5uiOJn5NYWrJXYTBziQYmnvz_Q&nd=1

¡Gracias por leer, espero lo disfruten!


Sálvame

—¡Maldita sea!—apenas y podía sostenerse, sentía que el peso le ganaría en cualquier momento y todo dolía como los mil demonios, pero el peso que sentía en el corazón era aún más grande—¿Por qué siempre eres así? ¿¡Por qué siempre tienes que llevar el peso de todos sobre tus hombros!?—se sentía frustrado, más aún sentir como la mano ajena se resbalaba poco a poco de su manos, no quería, no podía dejarlo escapar así de fácil—¡Maldición, Manjiro! ¡Solo dilo una vez! ¡Por una sola vez di "sálvame"!—la voz, aunque autoritaria y proferida en un grito, sonó como una súplica, aquellos zafiros estaban perlados en lágrimas y miraban suplicantes a los pozos negros faltos de esperanza frente a él.

Solo un apretón, solo una vez más, solo quería salvarlo a él.

—Y yo te salvaré, Manjiro—su voz se quebró, como una promesa al aire que logró llamar la atención del ajeno, aquellos pozos negros comenzaron a llenarse de agua y aquello que se pudo vislumbrar como una ligera suplica.

Su cuerpo dolía, pero su corazón ardía al ver al chico destrozado.

—Por favor, sálvame—suplicó con el miedo teñido en su voz—Takemicchi...—susurro para después darle un fuerte apretón a aquella mano que se aferraba a la suya como si fuese un ancla.

Zafiro y negro se dedicaron una mirada llena de promesas y esperanza, antes de caer ambos.

No había miedo, no había nada más que una promesa que cumplir, incluso aquellos gritos de la gente desesperada a su alrededor por ver como caían dos personas desde un edificio quedaron calladas por el latir de dos corazones que se volvía uno... y que de pronto dejo de latir mientras se sumergían en una tranquila obscuridad.

—Suicidio doble, poético—habló una voz a su lado mientras él miraba todo en el lugar, buscando algo, aunque siendo sincero no tenía ni la menor idea de lo que buscaba.

—Cállate, Ran—suspiro el chico mientras se giraba a ver al otro que se encontraba jugueteando con un encendedor—Si vienes solo a joder, vete. Quizá Rindo o Koko te necesiten en la parte de arriba.

—Que humorcito te cargas, Kaku—bromeo el chico mientras alzaba una ceja—De todos modos, no sé qué buscamos, Sanzu solo se puso a ladrar ordenes como perro rabioso.

—¿Y lo culpas?—cuestiono caminando entre aquello que alguna vez fue una sala de boliche, no pudo evitar arrugar la nariz cuando vio un charco de sangre considerablemente grande y como este se extendía en alguna dirección—Vio cómo su "Rey" caía de un décimo piso.

—Pero no fue planeado—Ran expresó—Creo que todos estamos seguros de que Hanagaki no planeo que ambos se tiraran de un décimo piso, ¿no lo crees Kaku?—cuestiono el chico mientras pateaba una banca que estaba destartalada a unos metros de él.

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora