7. Busquemos un lugar donde dormir

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Íbamos caminando, quien sabe a donde, pero si es con él que importa.

Baji cargaba sus libros que antes había dejado a un lado de la caja de los gatitos.

Hace unos minutos a ambos se nos salió el alma del cuerpo cuando fuimos a chequear a los mininos, y que ni la caja estaba. Apunto de correr por todos lados a buscarlos un señor apareció cargando la caja y los gatos, y es que, era el mismo señor que casi nos atropella. Sorprendentemente este señor nos conto que los había visto cuando ya no podía hacer nada, apunto de atropellarlos, rezando y pidiendo perdón resignado que iba a matarlos. Y gracias a mi gran espectáculo suicida, y el ver a los mininos intactos se decidió llevárselos junto con la madre. Por lo menos mi payasada sirvió de algo.

—Espera. 

Se detuvo mirándome de lado.

—Si dijiste que perdiste la memoria...—murmuro despacio arqueando la ceja— ¿como sabes que tu crush esta en la primera división?

Olvide ese detalle. Cierto que el estaba ahí cuando dije eso.

—Más que eso. ¿Cómo siquiera te acuerdas de tu crush?

«Dios por eso dicen que presumir y hablar de más solo te da problemas»

—Bueno, —me encogí de hombros caminando otra vez— no lo sé, tal vez es tan malditamente mi tipo que a pesar de mi enfermedad no pueda olvidarlo.

Giraba los ojos de un lado a otro nerviosamente esperando que mi respuesta sea aceptada pero solo hizo que dudara más de mi, y es que también estamos hablando de Baji a quien intento engañar maldición.

— ¿Cómo podría olvidarme de él? —añadí veloz antes que dijera algo— ¿sera el destinó? ¿Acaso mi destinó es estar con mi crush? ¿Sera mi alma gemela? Incluso con esta enfermedad ¡como nuestros lazos estan entrelazado, no podría olvidarlo...!

Extendí mi mano mirando al cielo exageradamente, provocando que me mirara con repulsión. Continuando metiendo tontería romantica y media pero seguía siendo muy obstinado.

— ¿Entonces lo conoces?

—No lo sé —caminaba más rápido para dejarlo atrás, regresando cuando recorde que yo lo estaba siguiendo a él— solo sé que es el amor de mi vida y ya.

—Entonces no lo conoces.

—¡Dios que tienes con los "entonces"! —rugi loca por su repetitiva pregunta que no me daban tiempo a mentirle— Entonces dime, ¿que haces ayudando a una desconocida? ¡Ni si quiera me conoces hombre! ¿Y si intento descuartizarte o algo?

Sin dejar de caminar un gato saltando de ventana en ventana llamó mi atención, entrando por una de ellas a una habitación, dándome cuenta que ya estábamos llegando a otro lado de la ciudad rodeado de muchos departamentos.

Las luces de adentro de las casas brillaban, si que había oscurecido.

—No intentes cambiar de tema.

Deteniéndome se cruzo de brazos a mi al frente.

—Dale hombre seguís con-

Sin que pudiera terminar e intentar volver a alargar la conversación, la mirada seria que me mostro me congeló.  En medio de los complejos de los edificios, en un sitio que no le llegaba casi la luz de los alumbrados, su expresión parecía que me dijera literalmente "ya no estoy bromeando" provocando que me callara.

— Tú, ¿estas siendo honesta?

Cambie mi expresión junto con la de él, apretando mis labios sin saber como responder.

¿Podría ayudarte? -Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora