Capítulo 5: "¿Cómo puedes ser tan terco?"

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Desde la llegada de la nueva concubina del emperador Sovieshu, ha habido un gran escándalo

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Desde la llegada de la nueva concubina del emperador Sovieshu, ha habido un gran escándalo. Unos estaban de acuerdo con él, pero la mayoría no entendía su actuar. La madre del emperador se encuentra caminando en círculos en su habitación intentando pensar en como iba a deshacerse de Rastha.

—¿Por qué las cosas terminaron así? Se supone que mi hijo y Navier no se distanciarían.

En ese instante, sus damas de compañía ingresan a su habitación encontrándola ya arreglada.

—¿Mi señora? ¿Por qué se arregló sin nosotras?

—No quería darles tanto trabajo.

—No es una molestia trabajar para usted.

Entre las tres se sonríen mutuamente. La antigua emperatriz va en busca de su hijo para pedirle una clara explicación de lo que sucedió hace tres días. No creía que su querido hijo actuara tan impulsivamente a su edad.

—Desde estar en su oficina a esta hora...

Llega a la oficina y la puerta es abierta por ambos guardias custodiando el lugar, ingresa y pide que los dejen solos para conversar.

—Madre, ¿qué haces tan temprano por aquí?

—Vengo a hablar de algo importante.

—¿Lo mismo que el otro día? Creo que ya me quedó claro—Le responde Sovieshu volviendo a rellenar sus papeles sin prestar atención a su madre.

—¡Sovieshu!—Exclama (Tn) quitándole de las manos esos papeles.

—Madre, tú no eres así.

—Solo tú haces que me comporte así. ¡¿En qué estabas pensando?!

—No se de que me estás hablando...—Respondió en voz baja evitando mirarla a los ojos.

—Estoy hablándote sobre tener una concubina.

—Te dije que iba a hacer algo para que Navier reaccione de una vez. Así no descuidará nuestro matrimonio.

—Hijo, lo que has hecho es algo insensato. Ambos son adultos y no están para esos juegos.

—Madre, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

—¿Cómo puedes ser tan terco?—Pregunta confundida dejando los papeles en la mesa. Tanta es su ira y frustración que aprieta los labios mientras camina hacia la salida.

—No te vayas así...

Antes de que salga de su oficina, voltea a ver a su hijo mientras sujeta la manija con su mano derecha.

—¿Y de quién crees que es la culpa?

Cierra de un portazo la puerta asustando a ambos guardias quienes vuelven a sus posiciones intentando parecer que nada sucedió.

Remediar el error | Sovieshu y NavierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora