Si una vaga caricia sobre su espalda lo hacia temblar sin control...
¿Cómo reaccionaria si se atreviera a tocar el resto de su cuerpo?
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Contenido Yaoi ♡ chicoxchico ♡ Bl
Historia con lenguaje ofensivo y contenido +⑱ explicito, si te desa...
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— ¡No es justo!, solo tengo un brazo roto, ¡puedo pelear perfectamente bien sin él! — Pataleaba sentado sobre su cama, se sentía lleno de energías; Quería correr, gritar, retomar las misiones y acabar con cualquier demonio que se pusiera frente a él, después de todo llevaba ya una semana encerrado en la finca de Shinobu sin poder hacer absolutamente nada.
— No solo es eso, aun tienes dos costillas rotas, así que quédate quieto salvaje — Se encontraba cambiando el vendaje de su compañero sintiendo la culpa aun inundándole, durante su última misión Inosuke había hecho todo lo posible por protegerlo de un demonio mientras él...lloraba en un rincón del bosque. Lo ultimo que recordaba era ver al de puntas azuladas siendo lanzado por los aires y recibiendo un fuerte golpe de aquel demonio gigante que llevaban varios minutos combatiendo, después de eso se desmayó. Y aun que el chico jabalí insistía en que él se había encargado de degollar al demonio no era capaz de creerle, no cuando estaba ileso después de la batalla y quien se encontraba en peores condiciones era Inosuke.
— Puedo moverme perfectamente bien, ¡no quiero descansar más! — Se soltó del agarre del rubio y sin importarle estar a medio vendaje o no llevar su mascara corrió fuera de aquella habitación que no hacia más que aburrirle, sonrió abiertamente en cuanto el viento golpeo su rostro consiguiendo darle más ánimos de los que ya tenía.
Saltó el muro de la finca para huir de ahí y cuando se alejó un poco del lugar por fin sintió la libertad, ya regresaría más tarde, pero por el momento quería disfrutar del ambiente salvaje del que había sido privado por días. El clima era perfecto además el aire se percibía más puro al encontrarse ya en los lindes de una zona boscosa.
Planeaba trepar el árbol más grande que encontrara como meta personal durante ese día, revolcarse en los cúmulos de hojas que habría en el suelo al estar en pleno inicio de otoño y si se encontraba otro animal salvaje lo retaría por el territorio, por que el continuaba siendo el rey de la montaña y nadie podría impedir que hiciera todo lo que planeó en un par de segundos.
Nada le arruinaría su día...
Eso creyó hasta que no supo en qué momento terminó apresado entre los brazos del pilar de agua.
Solo iba saltando despreocupadamente las ramas de un árbol y se estaba divirtiendo. El leve dolor que sentía en su brazo derecho y las dos costillas rotas que comenzaban a incomodarle por los movimientos tan bruscos ni siquiera le impedían que se colgara ágilmente de la madera mientras escuchaba el crujir de esta sin tomarle importancia. Una vez consiguió la altura merecida donde solamente llegaría el mismo rey para gobernar sus tierras se detuvo, aferrándose con sus piernas a la rama y dejándose colgar de cabeza.
Le gustaba, amaba todo el paisaje verdoso y descuidado del lugar, dejó que sus brazos se colgaran con la intención de tomar impulso para sentarse correctamente pero nuevamente el crujido que había estado ignorando hasta ese momento lo hizo reaccionar demasiado tarde.
