PROTECCIÓN DE TESTIGOS | OLIVIA BENSON | +18

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Hace poco que llegué a la Unidad y ya tuve un caso fuerte contra gente poderosa que nos amenazo con matarnos, es por eso que ahora estamos en protección de testigos.
Lo malo es que estamos todos en una pequeña cabaña en medio del bosque.
- Muy bien, se quedarán aquí al menos dos semanas en lo que arreglamos todo, les diré, Rollins y Carisi dormirán juntos, Tutuola y Tamin y por último, Benson y _____, entendido?
Todos asentimos, pero me puse muy nerviosa.
Desde que llegué, Olivia se me ha hecho una mujer muy atractiva y siento cierta atracción sexual por ella.
El día fue normal, no fue tan malo como esperaba, pero cuando llegó la noche, todo se puso tenso, o al menos para mi.
Nos fuimos a acostar todos.
Al acostarme junto a Olivia, me acosté lo más lejos que pude, al otro extremo de la cama.
Ella estaba distraída leyendo, con esos lentes de armazón grueso y negro que le quedan tan bien.
- Ey, no muerdo.
Me guiñó el ojo y sentí mi corazón palpitar fuerte.
Me acerqué un poco más mientras reia nerviosa.
Me puse a ver mi celular, una que otra vez volteaba a verla discretamente.
De pronto escuche como suspiró con un tono algo impaciente y luego puso los ojos en blanco.
Luego se acercó y me tomó de la cintura para jalarme hacia ella y quedamos pegadas.
- No seas tímida, de todas formas, compartiremos esta cama por dos semanas.
El susurro saliendo de sus labios, su aliento caliente, dejaba un cosquilleo en mi cuello y me excitaba mucho.
Cerró su libro de un azoton, eso me hizo dar un brinco.
Lo aventó al suelo y su mano se apresuró a acariciar mi pierna.
Cada vez iba subiendo más y más, ya estaba en mi muslo.
- Desde que llegaste, me di cuenta de que nunca me masturbe tanto como lo hago pensando en ti.
Mordí mi labio para guardar mis jadeos.
Me dejó un suave beso en mi mejilla, muy cerca de mis labios.
Su pierna se coloco sobre las mías, encerrandome.
Su mano dejo mi pierna y entró bajo mi blusa de pijama.
La tensión era sorprendente e intensa.
- Besame.
Su tono firme me encantó.
No era una petición, era una orden.
Me acerqué, mi mano tomo su nuca y la acerqué a mi y nos besamos intensamente.
Las cosas siguieron sin parar no por un segundo.
Me quitó la ropa, le quité la ropa.
Tuve la maravillosa oportunidad de probar su cuerpo y de que ella probara el mío.

One-Shots de La Ley y El Orden UVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora