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Mi cuerpo ha sido bañado en moretones; 

Mi piel ha sido víctima del ardor; 

Mis muñecas han sido abusadas por infinitos cortes; 

Mi corazón ha sufrido por amor.


Mi mente ha sido inundada por castos terrores; 

Mis sonrisas han sido borradas por un cazador; 

Mi alma ha sido dañada por miles de golpes; 

Mi vida se ha visto opacada por el dolor.


Más el destino no siempre fue mordaz; 

Pues me dio la oportunidad de encontrar la paz, 

Me regalo el amor, que lastima que fuera fugaz; 

Aún así, a su lado pude quitarme el disfraz.


En un día de lluvia sellamos nuestro amor,

Las paredes fueron testigos del momento,

Y el cielo lloro enternecido por el aire soñador;

El cariño se meció tranquilo con el viento.


A pesar de ello, la lluvia fue efímera,

Al igual que aquel amor;

Espero que la vida se haga de la misma manera,

Y nos libre de esta prisión.


Aquel demonio que acompañó mi llanto,

Que siempre me pareció muy alto;

Me dijo que el destino era injusto,

Y que el amor era estúpido.


Que no valía la pena llorar, 

Que no valía la pena sufrir, 

Que no valía la pena sollozar, 

Que no valía la pena vivir.


El dolor me vio nacer,

La oscuridad me ayudó a dormir,

El llanto me hizo crecer;

Y hoy por amor, voy a morir.  

Un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora