|Capítulo 35|

7.7K 450 166
                                    

|No olviden dejar su puntito al final del capítulo y avísenme en caso de ver errores ortográficos|

-Leer nota del final-

Capítulo +18

Lea

La oficina contaba con una ducha dentro de su baño, por lo que me permitió ducharme en ella. No me sorprende que tenga ducha en su baño, tiene dinero, me lo esperaba.

Mi cabello no lo había mojado, puesto a que lo lavé ésta mañana antes de venir hacia aquí. Lo volví a peinar y luego hice una coleta en lo alto de mi cabeza.

Solté un sonoro suspiro cuando tuve que colocarme el blanco vestido con cuello sin bragas, ya que Lucca se las guardó y se negó a dármelas.

Rocié un poco del perfume que traje en mi bolso y cubrí algunas marcas en mi cuello con maquillaje. Me coloqué mis accesorios y pinté mis labios con el labial que traje de mi casa.

Sentí los brazos de Lucca rodearme desde atrás y conecté mis ojos con los suyos en el reflejo del espejo. Sonrió al igual que yo y besó mi mejilla.

-Eres tan hermosa- susurró mientras pasaba la punta de su nariz por mi mejilla suavemente. Sonreí y recosté mi cabeza en su hombro mientras posaba mis manos en sus brazos- Quiero que esto dure por y para siempre- confesó sin apartar su mirada de la mía.

-¿No crees que es mucho tiempo?- cuestioné-

-No, claro que no,- pegó su pecho a mi espalda- o al menos no cuando se trata de ti- sonreí y me di vuelta. Enredé mis manos en su cuello y jalé levemente los vellos de su nuca.

Soltó un suspiro lleno de tranquilidad y pegó su frente en la mía a la vez que cerraba sus ojos y envolvía sus brazos en mi cintura.

-También quiero que esto dure para siempre, pero dejemos que ésta relación fluya y durará lo que tenga que durar- me acercó más a su pecho y negó suavemente.

-Quiero que esto dure para siempre y si te tengo que amarrar en la casa de mis hermanos y mía con tal de tenerte para siempre a nuestro lado, créeme que lo haré- me miró a los ojos y mi cuerpo se estremeció al notar la seguridad en ellos.

-No serías capaz- aseguré- Ninguno de ustedes sería capaz- corregí.

-Oh, muñeca, claro que sí. Pruébanos si no me crees- rozó su nariz con la mía y sonreí levemente.

-Es una relación de cuatro, cariño, no presionemos las cosas- pedí. Hizo una leve mueca con sus labios y cuando por fin nos íbamos a besar, unos toques resonaron en la puerta de su oficina.

-Veré quién es- dejó un beso mi frente y se dirigió a la puerta. Me coloqué mis tacones rápidamente y cerré la puerta del baño, dejándola entreabierta para poder husmear.

Acerqué mi rostro al espacio libre entre la puerta y el marco y sonreí en grande cuando vi a Bruno adentrarse a la oficina.

-Llamé a nuestra mujer para preguntarle cómo estaba y cómo iba su día pero no contesta el celular. Recién fui a la oficina de Dante y me dijo que ella pasó por su oficina y ahora debería de estar contigo. ¿Dónde está?- frunció el ceño y Lucca miró en mi dirección.

Sonrió divertido y le guiñé un ojos al entender lo que tenía planeado hacer.

-Se fue hace unos minutos- fue la respuesta de Lucca mientras se encogía de hombros.

-¿Qué? ¿Por qué no fue a verme a mí también?- cuestionó el menor de los hermanos mientras miraba a Lucca desconcertado.

-No lo sé, creí que había pasado por tu oficina también- tapó su boca disimuladamente con su mano derecha y fingió toser para ocultar la carcajada que quería brotar de su garganta.

Lea [SUSPENDIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora