Apuestas y decepciones

2 0 0
                                    

El tipo siguió apostando y bebiendo como loco, hacia este movimiento loco con su cabello algo largo, en algunos momentos se detenía pero, en el los tipos lo alentaban a seguir jugando hasta que, ya no tuvo mas con que apostar.
John: Ya no tengo con que pagar, te doy a mi esposa, no continuo con el juego.

-Ofréceme otra cosa, tu esposa ya no la quiero.

John: tengo unas cabras, mi caballo, dime…

-No me interesa tus animales, ofréceme algo mejor.

John: no puedo ofrecer más, no tengo más.

-Quiero a tu hija la de en medio, esa con cabello enrulado.

La piel se me puso fría y recordé aquel momento cuando la vi por primera vez hace unos meses, su lazo se atoro en un lugar alto, me miro con ojos de perrito y entonces no pude decir que no.

John: Con mis hijas nunca, acepta a mi mujer.

-No, es mas te pago mas por la niña cuanto quieres te daré 3000 monedas por ella.

John: ni lo pienses maldito.

-8000 monedas.

John: no

-15000 piénsalo hombre estará en buenas manos.

John: Esta bien.

-La quiero para mañana.

El hombre sale caminando y me dirijo a el papá de Ellies…
Kaj: Eres un idiota, voy a salvar a tu hija de tu mierda.

Sin esperar respuesta salgo disparado tratando de alcanzar al tipo y lo alcanzo en un callejón.
Kaj: Te compro a la niña

-No esta a la venta, será mía.

Kaj: Te lo vuelvo a pedir de buena manera hombre, véndeme a la niña

-Ya te dije que no y si no que me harás ¿cómo qué a las buenas, a las buenas que?

Kaj: estas son las buenas te ofrezco 20000 monedas por ella.

-Que no…

Kaj: Te lo advertí.

-Baf, nada que ver, déjame en paz.

Lo tiro contra la.pared y lo tomo por el cuello le hablo señalando a su cara.

Kaj: Escúchame maldito ahora si no tendré piedad, me darás a la niña sin pedir nada a cambio. Le dirás a todo el mundo que no la tomaras pero, antes le dirás de nuestro trato al padre y le dirás que la niña ahora ds mía; porque, si tu no me la das, aparte no le dices a todo el mundo estox vendré en la noche a cortar lo único que te da tu virilidad.

-No me creas imbécil.

Entonces desenfunde mi cuchillo y se lo puse en el cuello, corte un poco de su cuello, solo para que parezca una aruñada.
Kaj: ¿Entiendes ahora imbécil?

-Si, si entiendo.

La porquería le dijo a todo el mundo, ella había llorado, cuando lo supo. Nuevamente mire al padre.
Kaj: Le dirás que se casara conmigo para cuidarla de otros.

John: No me creerá, mi hija la que mas me adoraba me odia, mi hija la que me miraba como si fuera un héroe me desprecia.

Kaj: No se como tu esposa te seguía respaldando pero con esto yo, ella te mataría.

John: No me quiere ni ver, por primera vez la mujer que era sumisa se revelo ante mi. Parecía una leona.

Allie: Disculpen, señor por favor perdone a mi esposo y regrésenos a nuestra hija.

El temerarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora