Un doloroso malentendido

Una venganza ¿dulce o amarga?

-Ya está todo listo, dijo entregándome una carpeta que decía clasificado -Ahí está todo lo que me pidió.

-Muchas gracias Tul, dije recibiéndolo con ansiedad, odiaba que a pesar de todo el tiempo que había pasado, me seguía colocando nervioso el tener información de mi némesis, el hombre que me había ilusionado a punta de mentiras, para dejarme completamente destrozado y por si fuera poco, la gran cicatriz que atravesaba mi cabeza era muestra de ello.

Cuando quedé solo abrí el sobre y lo primero que vi, fue la foto de dos pequeños niños jugando en un hermoso jardín, no había que ser idiota para saber que el mas grande era mi pequeño Type, el mismo hermoso niño del que me enamoré y que su padre utilizó para manipularme, el otro pequeño que reía con alegría era mi hijo Alexander, era una gotita de agua idéntica a mi y no pude evitar llorar con fuerza al verlo, me había perdido 4 años de su vida, pero no más, la siguiente foto que vi fue del hombre al que mas había amado y que ahora odiaba con locura.

-Tú me quitaste todo y ahora yo te haré vivir lo mismo a ti querido, dije viendo la información de los documentos que Tul me había adjuntado, saber que el moreno tenía una hermosa casa y un buen trabajo me mataba por dentro, mientras yo luchaba por sobrevivir el había continuado sin un atisbo de pesar o arrepentimiento.

-First libera mi fin de semana, necesito viajar a Phuket, dije golpeando mis dedos en la mesa -Quiero que saques un pasaje para el viernes.

-Si señor, dijo mi asistente con su eficiencia de siempre -En una hora tendré todo listo.

Sin contestar colgué, sintiendo el corazón acelerado y un poco emocionado, finalmente había encontrado a Gulf, por fin tendría mi tan anhelada venganza, que era lo único que me había mantenido vivo estos últimos cinco años de mi existencia.

Llegué a mi casa y mi tía me estaba esperando en el living, con cariño le di un beso en la mejilla y acepté el té que mi querida nana me ofrecía - ¿Para dónde vas hijo?, dijo la mujer a la que más quería y respetaba luego de la muerte de mi madre, su hermana se había convertido en mi apoyo mas fuerte -Nana estaba preparando tu maleta cuando llegué.

-Tengo que viajar a Phuket tía, dije sin dejar de beber mi sabroso té de canela -Iré a buscar a mis hijos.

- ¿Estás loco Mew?, dijo ella dejando la taza con fuerza en la mesa, haciendo que el líquido se derramara por los costados -Hablamos de esto, no puedes acercarte a ese hombre, ¿no fue suficiente con todo lo que te hizo sufrir?

-Independiente de su actuar, los niños no tienen la culpa de nada tía, dije tratando de que entendiera mi punto de vista, yo no quería volver con Gulf, por el contrario, quería hacerlo sufrir, llorar lágrimas de sangre como las que había llorado yo, pero no quería seguir alejado de mis niños -Los traeré a casa, es hora de que compartan con nosotros.

- ¿Y que harás con Gulf? ¿crees que el permitirá que los traigas aquí?, dijo suavizando su tono de voz y mirándome con preocupación, aquí estaba la mujer que sólo veía por mí.

-Puede venirse con ellos o quedarse en Phuket, me da lo mismo, dije acercándome a ella y acariciando sus manos -No volveré a caer tía, ya no soy el estúpido que se enamoró como idiota de Gulf y que permitió que me utilizara a su antojo.

-Eso espero hijo, no quiero volver a recogerte del suelo, dónde ese renacuajo te dejó, dijo acariciando mis mejillas y dándome un beso -Traeré a alguien que arregle los cuartos para los niños.

-Gracias tía, apenas llegué a Pukhet me pondré en contacto contigo, dije viendo como se ponía de pie y salía con una sonrisa satisfecha, verla me hizo recordar el momento en que desperté en la clínica y ella me tuvo que contar todo lo que había pasado, ella fue tan suave y delicada para decírmelo, incluso ocultó información para que no sufriera, pero cuando vi todas las evidencias, entendí la  intensidad del engaño.