Piloto

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La luz que entra por la ventana golpeando mi rostro de manera horrible. Cubro mi cara con una almohada tratando de ahogar ahí, la jaqueca que invadía mi cabeza. Odiaba las resacas.

-Mierda, ¿qué hora es?

Sin sacar mi cabeza, extiendo mi brazo buscando aquel aparato del infierno que hoy decidió no sonar. Lo encuentro metiéndolo a mi cueva hecha con los cobertores, 9:45 a.m. Mi padre me va a matar. Pego un salto terminando en el suelo. Maldita vida.

Me levanto, corro a la ducha para tomar una rápida. Un chillido sale de mi al sentir el agua helada tocar mi cuerpo. Sin duda, no hay algo que odie más que bañarme con el agua fría que siempre está en esta maldita ciudad.

Salgo casi de inmediato, tomo uno de los vestidos elegantes, lo coloco y me apresuro a hacer el maquillaje más sencillo posible, solo que cubriese las ojeras ganadas anoche. Tomo las tormentosas zapatillas y las ato, una vez lista recojo mi celular, una enorme lista de llamadas de mi padre hacían brillar la pantalla.

10:50. Me podría considerar muerta de una vez por todas y no me equivocaría. Corro por los amplios pasillos de la casa, bajando la escaleras de forma escandalosa. Razón 1 del porque los tacones eran los zapatos más detestables. Mi nana niega al verme entrar corriendo a la cocina, tomo una botella de agua y lo que estaba segura, era un emparedado, deje un beso en su frente y volví a correr rumbo a la entrada.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que NO vayas a una fiesta la noche antes a una reunión?-es lo primero que sale de su boca al verme claramente molesto y con los brazos cruzados.

-Prometo que será la última vez.-niega sabiendo que mentía.

-He escuchado eso tantas veces, Wanda.-regaña abriendo la puerta de la camioneta-Andando, que llegamos tarde.

-Como órdenes.-subo a la camioneta sin réplica alguna.

El transcurso fue largo, mucho más de lo que normalmente solía ser. Mi padre hoy iría a una reunión con todos los jefes de todas las mafias rusas. Por mi lado seguía extrañando Sokovia, jamás terminaría de adaptarme a este lugar. Tal vez prefería la temporada en Estados Unidos.

Aquella temporada genuina donde mi madre seguía con vida y yo solía disfrutar de una vida más simple. Ella siempre cuidaba de mantenerme alejada de todos los negocios sucios de mi padre, pero todo aquello terminó en cuanto ella murió. Después de aquello, mi padre decidió vivir con Sharon, quien se perfectamente era su amante desde que estaba con mi madre, no tengo idea de cuantos años antes, pero era seguro que era su amante.

¿Por qué la llevo a vivir con nosotros? Bueno, la misma razón por la que se que era su amante desde que mi madre estaba viva. Sharon tenía un hijo, un hijo de mi padre, Pietro, aún pequeño de 10 años y es todo un torbellino de energía.

Por mi lado, acabo de cumplir 22 hace unos días y desde que mi madre murió cuando tenía apenas 15 años, mi vida comenzó a tener un cambio radical. Ya no era más la pequeña niña detrás de mamá, ya no era más aquella vida sencilla en nuestra casa en Los Ángeles. A partir de ahí mi padre comenzó a no tener tacto en sus negocios y simplemente decidió que era buena idea de que conociera lo que en algún momento yo heredaría.

Pero claro que no era tan fácil. Desde que tengo 16 no puedo cometer algún error en ese tema, debo asistir firmemente a todas las reuniones que mi padre diga, no puedo salir a algún lado que no haya frecuentado antes y que no esté revisado primero por la seguridad de mi padre. Como también termino mi carrera desde casa y la regla de oro. No puedo tener una relación amorosa con alguien de alguna mafia, la policía o algún "debilucho". Eso reducía las opciones a... no llevar una relación con nadie.

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