Baila Conmigo
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Promeo One-shot
_____________________________❝If you dance, I'll dance
And if you don't,
I'll dance anyway.Give peace a chance.
Let the fear you
have fall away❞—Say yes to heaven
-Lana del rey
Las puertas de la Gran Opera Stella se abren ante él dejando ver el lujo qué abundaba en el interior, era completamente distinto en comparación al desastre en la calle Isabel o el resto de Krat, siendo más similar al hotel le generaba un cierto sentimiento extraño de familiaridad.
—Tenemos que estar atentos, amigo. Recuerda, derrotar al rey y salvar Krat
La voz de Gemini resuena desde un costado de su cadera acompañada de un leve brillo momentáneo. Era cierto, P no podía distraerse ahora que finalmente había llegado hasta aquí, tenía que cumplir la misión especial de Gepetto.
—Tranquilo, Gemini – P arrullo, el agarre sobre el tridente del arzobispo se reafirma mientras se adentra en la construcción —Todo está bajo con...
Mientras subía las escaleras una marioneta pequeña parece desprenderse del techo, demasiado distraído tranquilizando a la lámpara en su cadera no tiene tiempo de reaccionar, entonces un estruendo. Un golpe fuerte en la parte trasera de su cabeza lo deja aturdido, fuera de si.
De pronto todo se vuelve oscuro.
Cuando despierta sus ojos se abren, tardan en acostumbrarse al cambio de luz, la cabeza duele, puede escuchar la voz de Gemini qué chirrea histérico, pero se ve incapaz de comprender hasta que el dolor se amortigua un poco.
—Oh, cielos. Esto está mal, amigo, ¡muy mal!
P se da cuenta de que están justo frente al escenario, algunas marionetas se asoman desde los balcones, intenta moverse, pero pronto se da cuenta de que esta inmovilizado, hilos blancos casi transparentes lo enredan.
—¡Menos mal que despiertas!, ¡sácanos de aquí!
Un chirrido, Gemini parece darse cuenta de que esta despierto. P intenta zafarse, el techo empieza a temblar y se da cuenta de que no tiene su arma.
P estira la cabeza viendo hacia arriba y sus ojos se abren, tan inmensos, tan asombrado, aterrado. Una marioneta enorme desciende mientras intenta con todas sus fuerzas soltarse, los hilos ceden finalmente y logra moverse antes de ser vilmente aplastado.
El gran títere hace de su entrada un espectáculo propio de un actor, tan dramática como solo un Rey podría. La brillante corona se desplaza sutilmente de su posición y vuelve a colocarla antes de extender uno de sus brazos en dirección a P.
El Rey espera, paciente, una sonrisa tonta en su rostro. Ojos azules lo observan con rudeza, Pino parece confundido.
¿Por qué el Rey era tan diferente a lo que padre le había contado?
Desconfiado de la actitud condescendiente Pino rechaza la mano extendida, el gesto fue probablemente más rudo de lo que habría querido, lo suficiente como para conmocionar a las marionetas, la música se detiene y todo lo que queda es un incómodo silencio.
P retrocede tratando de alcanzar el arma qué ha quedado atrás y la expresión en el rostro del Rey parece cambiar a una menos agradable, de su caja de voz resuena un lamento antes de caer de rodillas, Pino recupera su arma y rápidamente se prepara, viendo como del pecho del Rey sale una marioneta humanoide, incluso si es mucho más pequeña en comparación al Rey sigue siendo más grande que P.
Sus miradas se encuentran, la marioneta rubia tiene una expresión dolorosa en su rostro, el arma en su mano se desliza y cae sobre la baldosa, lentamente intenta acercarse a P quien no ha dejado de apuntar en su dirección.
No se detiene, incluso cuando siente el filo del tridente pinchar contra su cuerpo, P tampoco tiene intenciones de atacar, esta curioso de ver que es lo que hará, de las emociones qué la marioneta rubia despierta en él.
Una fría mano metálica se posiciona sobre la piel sintética de su mejilla, P inclina la cabeza ante el toque como un dócil cachorro. Es extraño lo que provoca en él.
Siente qué su órgano P se acelera cuando ve la sonrisa de alivio en el rostro de la marioneta más grande, finalmente cede y suelta su arma, entonces él rubio se separa desconcertándolo un poco, pero lo ve acercarle el colgante en su cuello, señalando algo en él.
—Romeo... – P lee lo que le es señalado y puede ver como la sonrisa en el mayor se ensancha —¿Ese es tu nombre? ¿Romeo?
Romeo asiente frenéticamente, incapaz de retener su alegría. Parece intentar decir algo, pero a P le resulta imposible comprender y Romeo luce algo decepcionado por ello.
Romeo sacude su cabeza como si intentará alejar los sentimientos negativos y gira brevemente su vista hacia los balcones, de pronto la música vuelve a sonar y los ojos verdosos se posan una vez más sobre P.
En el salón son solo ellos y un millón de sentimientos confusos pero reconfortantes de alguna forma, la iluminación tenue acompañada de la música genera una atmósfera cuanto menos agradable, similar a la del hotel cuando reproducía algunos de sus vinilos.
Cuando su atención vuelve a la Marioneta rubia puede verla frente a él, Romeo desvía la mirada mientras intenta llevarse un mechón detrás de su oreja. Luce vacilante, temeroso, P se da cuenta de que una mano se extiende una vez más delante de el.
Contrario al miedo del Rey esta vez el gesto es bien recibido, la mano metálica es envuelta por una más pequeña, la comparación entre el tamaño y la textura de ambas es sorprendente pese qué en esencia son lo mismo, marionetas.
Romeo atrae hacia si a P, una mano sobre su cadera, los dedos se entrelazan mientras empieza a mecerse al ritmo de la música. Es habilidoso, ágil, él menor no lo es tanto, pero es un buen aprendiz y en poco tiempo lo domina.
Los irises verdosos se pierden en las profundidades del azul, brillante y salvaje. Ambos se pierden en él otro y las emociones qué los hacen sentir, se mecen, giran y giran por el gran salón, por un momento deciden olvidarse de todo y tan solo disfrutan de este pequeño momento.
Cuando todo termina P le pide al Rey qué se mantenga escondido en la seguridad qué representaba la Opera.
Él se encargaría de Gepetto, no sería la primera vez que mentía, aunque si a su padre, pero estaba bien, trataba de convencerse.
Si Gepetto no quisiera que él mintiera no le habría dado la capacidad de hacerlo, ¿verdad?
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❝𝙱𝚊𝚒𝚕𝚊 𝙲𝚘𝚗𝚖𝚒𝚐𝚘 ↠ 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐞𝐨 · 𝐋𝐢𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐩❞
FanfictionP baila con el Rey en el gran salón del escenario, ¡definitivamente eso no era lo que Gepetto le había encomendado!