-Y así chicos, todos lograremos tener un excelente año lectivo en nuestra preparatoria-. Finalizo su discurso escolar el primer día del año lectivo para los estudiantes. Acorde a cuanto más crecían los aplausos Lucas Blake, el estudiante estrella, bajo hacia la parte trasera del escenario y fue camino a su primera clase.Cuando se habla de Lucas Blake en la secundaria se tiene en claro que no hay ninguna mancha en su legajo. Alumno con mejores notas desde el primer año, presidente del grupo de debate, organizador y administrador escolar, junto a presidente de curso todos los años escolares. Nadie tenía algo malo que decir sobre él y sabían que cualquier rumor al respecto era solo eso, un rumor.
Por otro lado, Alejo Sierra, comenzó su primer día escolar yendo desde la dirección hacia su primera clase leyendo una nota con las materias que debía rendir del ciclo lectivo anterior, en un mes para no perder el año actual. Claramente era algo que le recordaba cuanto le estaba costando adaptarse a la nueva rutina, sumándole su responsabilidad con el equipo deportivo de Rugby, el cual le costaba bastante tiempo de entrenamiento.
De todos modos, sabía que debía unirse a distintos talleres o equipos escolares para sumar nota en situación de puntos, lo cual le permitiría aprobar ciertas materias más complicadas. Luego de la primera clase que terminara iría hacia el club de debate para unirse a ellos. Después de todo debatir siempre había sido una de las cosas que mejor hacia en los salones de clases.
Dos caminos separados al igual que distintas clases. Uno de ellos prestaba demasiada atención mientras tomaba notas, sabiendo que no se dificultaba nada, mientras el otro intentaba concentrarse y entender cada cosa que el profesor decía, sabiendo que sin importar cuanto se enfocara se le complicaba el doble lograr entender ciertos temas. Y aunque intentaba no desanimarse, Alejo presentía que si no encontraba algún estudiante que lo ayudara perdería ambos años quedando completamente fuera del equipo deportivo.
-¡Lu!-. Grito la chica de cabello naranja, frente Alejo, mirando a un chico moreno y delgado en la otra parte del auditorio. -Te necesito aquí-. Le dijo cuando logro captar su atención.
Lucas Blake camino entre los demás estudiantes que estaban sentados/acostados por todo el piso del auditorio mientras leían papeles, anotaban y hacían demás cosas que parecían demasiado inteligentes para Alejo, para acercarse a la de pelo naranja y oír lo que esta le decía en voz baja. Luego se acerco más a Alejo, con una mesa entre medio, y tomando una libreta le sonrió. -Buen día, mi compañera Susan me ha dicho que quieres unirte al grupo de debate-.
-Así es... es la primera vez que debo unirme...-. Comento algo avergonzado ante la confianza con la que se mostraba el pelinegro.
-¡Genial! Yo soy Lucas Blake, el presidente del grupo de debate y necesito ciertos datos para anotarte y luego mi compañera volverá para contarte ciertas cosas y enseñarte como nos manejamos, ¿de acuerdo?-. Termino preguntando Lucas mientras el de pelo marrón solamente asintió. Continuó anotando ciertas cosas típicas en la planilla de alumnos en el grupo, como los datos, números de contacto y demás, para luego despedirse y dejar a Susan Mollis explicándole toda la información necesaria del grupo.
Luego de explicarle todas las cosas que necesitaba saber y darle un papel con los horarios y días de reuniones, Susan se alejo a continuar con sus deberes mientras Alejo miro una situación un tanto extraña detrás del telón derecho del auditorio. Ante sus ojos podía ver como dos chicos discutían y al acercarse un poco pudo ver que uno de ellos era Lucas Blake, el perfecto presidente escolar. Algo no estaba bien ya que el chico que desconocía, agarraba fuerte por la parte alta del brazo a Lucas y este intentaba alejarse, sin poder.
Alejo camino hacia ellos. con la excusa en su mente de salir por la puerta al patio deportivo, y al acercarse pudo ver como ambos notaron su presencia y se alejaron un poco quedando en silencio. La tensión era demasiada y mientras Lucas arreglaba su ropa desprolija por los agarres del otro, el chico desconocido se despidió del pelinegro.
-Lo lamento si interrumpí algo-. Susurro Alejo haciéndose más presente. ante el menor.
-Descuida-. Fingió una hermosa sonrisa Lucas y se aparto de Alejo caminando hacia un escritorio donde había demasiadas carpetas que este ordenaba. Alejo no hizo nada más que salir y continuar su día como de costumbre pero pensando si acaso el chico perfecto de la escuela tenía algún secretito extraño. Era una teoría conspirativa muy común: que a gran parte de las personas que son muy bien aceptadas socialmente les terminen explotando cosas desagradables reveladoras y que extrañamente nadie nunca sospecho nada. Era muy normal, por lo que Lucas Blake tal vez escondía algunas cosas bajo esa capa de perfeccionismo natural.
Sin más... Alejo continuó entrenando hasta finalizar el horario e irse a su casa para discutir con su padre, ayudar a su hermano menor con sus deberes y luego ducharse para comer y dormir, esperando alguna idea mágica para poder solucionar su problema con las materias. Mientras que Lucas luego de salir del horario escolar se dirigió a su casa para terminar algunos retoques a ciertas tareas, ir a entrenar para luego ir a natación y luego volver a su casa para continuar su ensayo para la universidad, cerrando con una cena con sus padres y luego ducha y sueño.
Finalizando sus días de distintas maneras.
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Solo el amor puede doler así
RomanceEl mundo de Alejo Sierra, un chico de piel clara de tan solo 18 años. cabello marrón, y parte del equipo de Rugby escolar, cambia por completo cuando acepta la ayuda necesaria para aprobar las materias de parte de Lucas Blake, un adolescente de 17 a...