Prólogo

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Es increíble como un simple momento en tu vida puede a llegar a cambiarlo todo, como una simple acción te lleva a tomar otros rumbos en los cuales no tenias planeado llegar. Para bien o para mal, no me arrepiento de lo que pasó en el último año de mi secundario, fue uno de los mejores años de mi vida que siempre atesoraré en mi mente y en mi corazón...




Dos años después..


"Un sábado por la mañana y todavía continuo con la misma rutina desde hace 2 años. Me levanté, tomé una ducha rápida, me vestí, tomé mi cuaderno de dibujo y un lápiz y como siempre. Me dirigí hacia la cafetería donde siempre tienen el mejor chocolate y las facturas más ricas que he probado.
Al entrar me recibió Antonio, como siempre, con una sonrisa que desborda felicidad y su cabello bien peinado hacia atrás, solo que ahora tenía un mechón blanco, de esos que están de moda."

_"¡Hola Diony! Ven, siempre tengo reservada tu mesa favorita, ¿lo mismo de siempre verdad?".

Desde que vengo a esta cafetería y Antonio esta aquí, ya se acostumbró a verme aquí siempre, es un gran chico al cual le debo mucho por salvarme de las travesuras que hice en mi último año de secundaria. Además lo considero un muy leal y confiable amigo.

_"Ya sabes que siempre pido lo mismo, creo que preguntarlo es un poco tonto ¿no crees?".
Antonio me levanta el pulgar y se dirige hacia la cocina.
Tomé asiento y miré hacia afuera, el día estaba soleado y la gente estaba de buen humor al ser sábado, todos van a ver las tiendas o a desayunar a algún lugar como yo.

Tomé mi cuaderno y lo abrí para comenzar a dibujar y justo allí ella vuelve a mi mente. Su cabello con ondas, sus ojos color miel, su cuerpo moverse al ritmo de cualquier canción que sonase y sus chistes sarcásticos que siempre me fascinaron. Nunca podré olvidarla, es cierto, pero la recordare con mucho amor por el resto de mi vida, mi ángel.

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