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Después de asimilarlo, eran demasiadas cosas por comprender dentro de sus mentes. ¿Como era que de un día para otro su mejor amiga se había convertido en un panda rojo?Simplemente era inefable, vivirían el resto de la escuela con una persona cambia formas, así como un gran súper poder, pensaban todas.

Y no había que descartar la idea de que vieron a sus más grandes ídolos, 4 town, cara a cara. Cantaron sin saltarse ni una sola letra de sus canciones a todo pulmón, claro, después del catastrófico desastre de pandas rojos. Con el dinero que habían reunido las cuatro chicas en menos de un mes, era un sueño hecho realidad.

No pasó mucho tiempo cuando una persona nueva llegó de mudarse cerca de ahí, era raro, hacía tanto tiempo que no venía alguien nuevo por ahí.

Todos lo habían visto, al camión enorme y la casa sin el cartel que tanto estorbaba "se vende" que estuvo un tiempo inmemorial.

Claramente, la persona desconocida asistiría a la escuela más cercana, donde todos los fanáticos de los pandas rojos estudiaban, donde esos ojos verdes la esperaban sin saberlo ninguna de las dos.

—¿Vieron el enorme camión de mudanzas anoche? No recuerdo la vez que pusieron ese cartel del tamaño de un panda rojo, ahora ya no está, esa casa que tanto proporcionaban tiene dueño, pueden creerlo?— decía Abby dando pequeños saltitos mientras caminaba junto a sus amigas, Priya, Mei y Miriam, llendo a sus casilleros respectivos.

—Si, lo único que espero de él, es que sea atractivo y le guste 4 town, se imaginan?— dijo Miriam con la misma emoción, esperando alguien así.

—Creo que el único hombre de esta escuela que le gusta 4 town es Tayler.— dijo Priya con los brazos cruzados y su distintiva cara de pierda, como de costumbre.

—Si, aunque sin duda el no es atractivo.— dijo Mei para hacer soltar una pequeña carcajada de parte de las demás.

—Te pude oír, maldita panda.— respondió este mismo mirándolas pasando junto a él, con un pequeño disgusto sarcástico, agarrando su cuaderno de biología al lado de ellas.— ¿Qué tal si es una mujer? ¿No lo han pensado?— enunció cerrando el candado del casillero con una pequeña llave dorada.

—No lo sé, igual sería emocionante.— completó Priya intentado quitarse un leve barrito que tenía sobre la barbilla frente al espejo de su taquilla.

—Sería más emociónate si le gustara Jesse.— sugirió Mei.
—O Aaron.– ahora lo hizo Miriam
—O Tae.

Y así, comenzaron a discutir las cosas que harían genial a esa persona sin siquiera conocer la primera letra de su nombre, sin saber su género, sin saber su edad, sin saber que mientras daban pasos dirección a su salón, ya había llegado puntualmente la persona esperada, estaba recargada en los casilleros con los pies cruzados, con el T-MOBILE es sus manos y la vista hacia el.

—Esperen... ¿ES ELLA?— Gritó casi Abby, parando a todos con sus dos brazos, poniéndose ella en frente y observando bien como era la chica.

—Que les dije, era mujer.— escupió Tayler después de que las chicas miraran con admiración a la nueva durante algunos segundos.

Ella era impresionante, era una chica linda, cualquiera que pudiera verla diría eso. Su piel se veía fina y suave, su cabello era sedoso, ella era bonita.

—Me gusta su estilo— alagó Priya desde lejos, como los otros.

—Sin duda ella es linda, pero apuesto a que no me superará averiguando la g en las ecuaciones de segundo grado que el profesor Kieslowski dejó de tarea.— expresó Mei con una sonrisa orgullosa mientras se limpiaba los hombros.

Lo que nadie había visto en escasos segundos era que Miriam, se le había quedado viendo embobadamente, pero esto no podía estar sucediendo, la pelirroja alta sabía bien qué tipo de persona le gustaban, hombres.

—Miriam, parece que alguien te llamó la atención.— molestó Abby con entusiasmo.

Ella seguía sin reaccionar.

—MIRIAM.— gritó Tayler haciendo que esta reaccionara y mirara al chico con un leve sonrojo inesperado.

—Pensé que eras heterosexual.— Bromeó Priya, con los demás mirando el espectáculo. Todos pensaban lo mismo. Era la primera vez que esto sucedía con una mujer, seguramente solo era admiración y algo de confusión, claro, cosas de la adolescencia.

Ella no oía lo que sus amigas decían, se volvió a enfocar en ella y vió como Maya, una chica con una reputación totalmente buena, se le acercaba para hablarle.

Lo único que podía hacer Miriam fue ver a esa dirección, queriendo acercarse o al menos tratar de ser Maya en ese momento y oír lo que decían, no le importaba en esos minutos lo que sus amigos pensaran. Lo único que podía pasar por la cabeza de estos es que admiraba a la chica, a Miriam no le podía gustar una mujer, podía pensar que era extremadamente linda, pero era imposible que sintiera algo por ella, o si?

—¿Tu eres la chica de la que todos hablan? ¿La que por fin pudo quitar ese enorme cartel "se vende"?- Le preguntó Maya poniéndose al lado de la chica, sin siquiera mirarla, tratándola como si fuera una persona que ya hubiera conocido anteriormente.

—Solo soy alguien que no conoces aún.— le contestó de la misma forma.

—Si, te conozco, ahora que te estoy viendo.— hizo lo que dijo.— llámame Maya niña rara.

—Llámame Jane, niña mapache.— respondió con la misma acción, viendo que tenían una personalidad totalmente parecida.

—¿Lo dices por mi delineado? Es más cool quel tuyo niña.— charlaban con una sonrisa en sus rostros.

—Claro.— respondió sarcásticamente sin quitar la vista de Maya.

—Me caes bien, normalmente la gente se ofende con cualquier cosa que le digo.

—Que cristalitos.— habló Jane.

—Por cierto, todas las miradas están en ti, ¿te diste cuenta?— le dijo Maya después de que dirigió su vista a Tayler y sus amigas, que obviamente las estaban mirando y se escondían detrás de un bote de basura.

—¿Que esperabas? Soy la niña que quitó un cartel demasiado odiado por lo que he oído hasta ahora.

—Creo que no entiendes, pero bueno ¿que clase te toca nena?

—Biología.

—Solo hay un horario que tiene biología primero, vamos juntas, ven sígueme.— dijo Maya sacudiendo su cabello y llendo al salón correspondiente.

—¿Por que estábamos espiando a la niña nueva?— preguntó Tayler una vez que habían salido de su escondite.

—No lo sé, pregúntaselo a Miriam.— respondió Mei mientras tomaba la delantera llendo al mismo salón.

Aunque otra cosa que nadie había visto fue que antes de que Jane siguiera a su nueva amiga, le había guiñado el ojo rápidamente a la pelirroja alta, volteando a donde ella estaba, si, así es, parecía algún tipo de broma, pero ella la había visto, había visto como se le quedó viendo como un postre con chocolate. Y por esta situación, Miriam lo único que hizo fue seguirla con la mirada hasta su salón, fuera de su escondite, con el corazón palpitando tan fuerte que podría salirse de ella fácilmente.

Acaso...

¿Solo un con guiño pudo enamorarla?

just with a wink (Miriam) //turning red//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora