Mi Adorada Hermana mayor (ONE-SHOT) Yuzu y Mei

Mi adorada hermana mayor

Ella estaba despierta aun después de la media noche, la cama era cómoda y perfecta para dormir pero ella simplemente no podía conciliar el sueño, lo peor de todo es que no era simplemente por efectos colaterales de su cuerpo, ella lo sabía, había peleado otra vez con su hermana mayor.

¿Por qué? simple.

Ella no soporta que otra persona esté al lado de su rubia, desde que era pequeña lo sabía, su relación con su hermana 10 años mayor que ella, no era normal. Ella siempre vivió pegada a ella como si fuera pegamento, le gusta, le ama, le adora, le idolatra, después de todo es su hermana ¿no?.

Yuzu; es amable, es luz, es paz, su sonrisa es la más hermosa, sus ojos son celestiales, su mirada es perfecta, su inocencia es delirante y encima de todo es su héroe.

La rubia siempre le ha cuidado, sin duda haciendo su deber correctamente como hermana mayor, cuando murieron sus padres ella aun era pequeña sin embargo su hermana se encargó de ella a la perfección, ¿cómo estar tranquila si Mei solo tenía a Yuzu?, ¿cómo estar feliz dejando entrar a otro en la vida de su hermana cuando ella había sido su todo desde hace muchos años atrás?.

Antes hubiera pensado que simplemente eran celos de hermana menor, una hermana normal que siempre se preocupa por su hermana mayor, que la mayor parte del tiempo es adorable y torpe también.

Hasta que se dio cuenta de que sus sentimientos hacia su hermana eran todo menos sanos. Ella lo supo. No es normal mirarla con deseo cada vez que la mira, no es normal observar sus labios y querer arrancar suspiros y gemidos de ella, no es normal querer hacer que Yuzu grite su nombre mientras le dice que la ama, no es normal querer que su hermana solamente la mire a ella y solo a ella, simplemente no es normal.

Es inmoral, muchas veces se dijo eso, muchas veces intentó parar aquellos sentimientos que le exigen mantener siempre a la rubia en su presencia, ella duró muchas noches sin dormir tratando de aceptar que no solo le gustaban las mujeres si no que también le gustaba su hermana, persona mas perdida que ella no hay nadie en el mundo.

Ella salió de la cama lentamente, necesitaba arreglar las cosas con Yuzu, lo ansiaba. La pelinegra salió de su habitación y caminó por el pasillo oscuro que la llevaba al otro lado de la casa en donde se encontraba la habitación de su hermana, suspiro cuando tomo el pomo de la puerta y suavemente con delicadeza lo doblo para quitar el pestillo y lograr entrar.

- ¿Yuzu? - Llamo para comprobar si su hermana estaba despierta antes de abrir la puerta en su totalidad y cerrarla detrás de ella luego de entrar.

Dirigió su mirada a la rubia que estaba dormida en el lado izquierdo de la gran cama, parecia un angel a sus ojos, la sábana la cubría hasta la cintura, dejando ver que su hermana llevaba un camisón de Minnie Mouse y su cabello rubio estaba esparcido en la almohada, tan mágica, tan linda a sus ojos. Ella se acercó a la cama y se subió lentamente, ella vería si podía conciliar el sueño con ese olor a cítrico que siempre tenía su hermana, pero cuando pasaron 10 minutos ella aun no podia dormir, al contrario, se sentía acalorada, sentia que no podia respirar cada vez que miraba a la chica de espaldas a ella, lentamente se acerco y paso su brazo izquierdo por su cintura y escondió su rostro en el arco de su cuello respirando aún más cerca su olor, inundándose de dicha y satisfacción, pegó su pelvis a sus nalgas y apretó su cintura más a ella, se tenso cuando la rubia se removió dándose la vuelta quedando ahora su rostro frente a frente con el suyo, la pelinegra no retiró su brazo de su cintura, al contrario, la apretó más a ella.

La rubia abrió sus ojos lentamente y la miró con sus ojos verdes brillantes, sonrió y deslizó su brazo derecho detrás de su cuello volviendo a colocarla en el arco de su cuello, luego acarició su cabello y rego besos en su hombro.